INTRODUCCION
Nuestra civilización, la llamada civilización
occidental, es el resultado de muchos siglos de historia; del esplendor y la
caída de muchos imperios. Pero han existido unas contribuciones culturales que
han pervivido al paso del tiempo. Nosotros, los hombres y mujeres del tercer
milenio que vivimos en esta región del planeta utilizamos una serie de
conceptos, de palabras, de expresiones, con las cuales nos comunicamos, en
docenas de idiomas diferentes pero con un ancestro común; la mitología griega y
latina, cuyas fabulaciones, al margen de cualquier viso de verosimilitud impregnan
nuestro vocabulario, nuestro léxico y nuestra forma de vida.
En este ensayo se pretende hacer un repaso a la
influencia idiomática de los mitos griegos y romanos, centrándome especialmente
en las palabras relacionadas con la Astronomía. A pesar de los siglos transcurridos, de
las guerras sufridas, de las invasiones de pueblos extranjeros; los hombres de
ciencia utilizaron el griego y el latín para comunicarse entre sí, aunque
pertenecieran a países diferentes, con lenguas
y costumbres ajenas. La llamada cultura clásica fue
un lenguaje internacional que los hombres de ciencia utilizaron hasta que otro
gran imperio, el imperio estadounidense y sus países acólitos sustituyeran la
terminología clásica por un idioma bárbaro; el inglés, cuya fonética simple,
aunque carente de historia o significado se ha convertido en el lenguaje
internacional, a nivel científico-tecnológico e incluso cultural. Palabras como
chip, escáner, pulgadas, walkman, basket, hanbol, air-bag, chat, e-mail,
invaden nuestro idioma, empobreciéndolo.
Hoy en día en que las autoridades académicas están
preocupadas y con razón, de la pérdida de los conceptos de cultura clásica en
los currículos de la educación secundaria, debemos, recordar la influencia,
todavía viva en nuestro lenguaje, de unos hombres que vivieron a orillas del
Mediterráneo hace un par de milenios y de los cuales nosotros somos sus
herederos, depositarios de su acervo cultural y con la obligación de
transmitirlo a nuestros descendientes.
Desarrollo
CIVILIZACIÓN
Utilizando
el término en un sentido restringido, es una sociedad compleja. Las
civilizaciones se diferencian de las sociedades tribales basadas en el
parentesco por el predominio del modo de vida urbano (la ciudad, que impone
relaciones sociales más abiertas) y el sedentarismo (que implica el desarrollo
de la agricultura y a partir de ella todo tipo de desarrollos tecnológicos y
económicos con la división del trabajo, la comercialización de excedentes y,
más tarde, la industrialización y la terciarización). Con pocas excepciones,
las civilizaciones son históricas, es decir, utilizan la escritura para el
registro de su legislación y su religión (aparecidas con el poder político
-reyes, estados- y religioso -templos, clero-) y para la perpetuación de la
memoria de su pasado (incluyendo la aparición de los conceptos de tiempo
histórico y calendario).
Si
se utiliza en un sentido amplio, civilización pasa a ser sinónimo de Cultura
(englobando las visiones del mundo o ideologías, las creencias, los valores,
las costumbres, las leyes e instituciones); que se suele aplicar con carácter
más general.
Civilización,
un concepto fundacional de las ciencias sociales, tiene un uso conceptualmente
distinto, incluso opuesto, cuando se emplea intencionalmente en singular,
refiriéndose al grado superior de desarrollo de la sociedad humana, con lo que
se indica que existe una única civilización; o cuando se hace en plural, para
indicar la pluralidad de las civilizaciones a través del tiempo, el espacio
geográfico y los distintos rasgos culturales (lenguas, religiones, e incluso
los polémicos conceptos de etnias o razas humanas), con lo que se indica que
han existido y existen muchas: civilización micénica, civilización andina,
civilización grecorromana -o civilización griega y civilización romana-,
civilización china, civilización islámica, civilización cristiana, civilización
occidental, etc., incluso las identificadas con las naciones europeas que han
tenido un mayor peso en la formación histórica de imperios o han extendiendo su
lengua o su cultura (civilización portuguesa, civilización española,
civilización francesa, civilización británica, civilización rusa, civilización
alemana, civilización italiana).
Civilización como estadio de la evolución cultural
La
descripción tradicional de la evolución cultural de la humanidad incluía su
paso por tres estadios: salvajismo, barbarie y civilización. Esta perspectiva
implicaba la idea de progreso, por más que entre sus establecedores estuviera
Rousseau, que no veía mejora, sino degradación, en el paso del estado de
naturaleza del buen salvaje al estado de civilización, en que el hombre está
pervertido y maleado por la sociedad. El pesimismo rousseauniano fue superado
por los intelectuales posteriores, claramente optimistas (positivismo de
Auguste Comte).
El
predominio europeo desde la era de los descubrimientos (siglo XV), pero sobre
todo desde la Revolución
industrial (siglo XVIII) y el reparto colonial de África (siglo XIX), en la
fase del capitalismo que se conoce como Imperialismo (definición de Lenin);
parecía hacer evidente para los contemporáneos la supremacía de todas sus
particulares formas de organización: fueran económicas, sociales, políticas,
incluso sus creencias y su raza (misionerismo y racismo). Desde ese punto de
vista, el concepto ilustrado de civilización universal pasó a imponerse como un
modelo a que todas las partes del mundo debían amoldarse, de grado o por la
fuerza, por su propio bien; y las potencias imperialistas occidentales debían
afrontar, no por ser su interés, sino por ser su sagrada misión, esa carga del
hombre blanco (Rudyard Kipling).
Relativismo cultural
El
surgimiento de dudas en el esquema es paralelo a su propia formulación, y
pueden ubicarse desde la Junta
de Burgos y la Junta
de Valladolid, en que se realizó el debate de los justos títulos en el que
Bartolomé de las Casas tomó partido por los conquistados en vez de por sus
compañeros de conquista (aunque desde luego pensaba en su religión como única
verdadera). El relativismo cultural que se hace científico con la antropología
moderna (Bronislaw Malinowski) va a ampliarse al concepto de civilización, que
empieza a usarse en plural, y en pie de igualdad relativa, para definir a cada
una de las organizaciones humanas, vinculadas a una forma de entender la vida,
más allá incluso del concepto de Religión o de Cultura.
Entendido
de este modo, en plural, cada civilización es una entidad cultural que aglutina
un sentido más o menos consciente de unidad, y que agrupa en su seno a varias
naciones y pueblos distintos.
Determinadas
sociedades, por sus especiales logros culturales y por la capacidad de éstos de
imponerse como comunes a un espacio más o menos amplio, son consideradas por
los historiadores como civilizaciones independientes. Un ejemplo claro lo daría
la anfictionía que unificaba a todas las polis griegas en torno a determinados
lugares de culto (el oráculo de Delfos), festividades (las Olimpiadas) o textos
(las obras de Homero) y que las oponía a lo que consideraban bárbaro
(extranjero, que habla con sonidos ininteligibles: bar-bar) y no helénico, como
los persas.
Civilizaciones en perspectiva histórica
La
perspectiva histórica utilizada para clasificar a una civilización (más que a
un país) como una unidad, es de origen relativamente reciente. A partir de la Edad Media , la mayor
parte de los historiadores adoptaron un punto de vista religioso o nacional. El
punto de vista religioso prevaleció hasta el siglo XVIII entre los
historiadores europeos, que consideraban la revelación cristiana como el suceso
histórico más importante, tomándolo como referencia para su clasificación. Los
primeros historiadores europeos no estudiaron otras culturas más que como
curiosidades o como áreas potenciales de actividad misionera.
El
punto de vista nacional, a diferencia del religioso, se desarrolló a principios
del siglo XVI a partir de la filosofía política del estadista e historiador
italiano Nicolás Maquiavelo, quien sostenía que el objeto adecuado de estudio
histórico era el Estado. El español Francisco de Vitoria, fundador del Derecho
internacional, abordó el tema de los derechos de la Corona de España en la
conquista de América. Sin embargo, los múltiples historiadores que más tarde
realizaron la crónica de los estados nacionales de Europa y América sólo
estudiaron las sociedades al margen de la cultura europea, para describir su
sumisión a las potencias europeas, a su entender más progresistas. Caso aparte
es el de los misioneros y teólogos españoles que profundizaron en el
conocimiento y análisis de las civilizaciones recién descubiertas, a veces de
difícil caracterización.
Arnold
J. Toynbee tipificó 23 civilizaciones universales. MacNeill analizó nueve y
Melko señaló que existe razonable acuerdo sobre al menos doce grandes
civilizaciones de las cuales siete ya no existen (mesopotámica, egipcia,
cretense, clásica bizantina, mesoamericana y andina). Para Philip Bagby, las
civilizaciones mejor definidas y más aceptadas como tales son la egipcia, la
babilónica, la china, la india, la greco-romana, la andina, la centroamericana y
la cristiano-occidental. En su obra Choque de civilizaciones, Samuel
Huntington, basándose en Toynbee propone un número más amplio de civilizaciones
existentes en la actualidad: la occidental (entre la que distingue como
subcivilizaciones la latinoamericana y la ortodoxa del Europa oriental), la
musulmana, la judía, la hindú, la sínica, la japonesa, la africana
sub-sahariana y la budista.
CULTURA
Cultura
(en latín: cultura, 'cultivo') es un término que tiene muchos significados
interrelacionados. Por ejemplo, en 1952, Alfred Kroeber y Clyde Kluckhohn
compilaron una lista de 164 definiciones de "cultura" en Cultura: Una
reseña crítica de conceptos y definiciones. En el uso cotidiano, la palabra
"cultura" se emplea para dos conceptos diferentes:
Excelencia
en el gusto por las bellas artes y las humanidades, también conocida como alta
cultura.
Los
conjuntos de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social,
incluyendo los medios materiales (tecnologías) que usan sus miembros para
comunicarse entre sí y resolver sus necesidades de todo tipo.
Cuando
el concepto surgió en Europa, entre los siglo XVIII y XIX, se refería a un
proceso de cultivación o mejora, como en la agricultura u horticultura. En el
siglo XIX, pasó primero a referirse al mejoramiento o refinamiento de lo
individual, especialmente a través de la educación, y luego al logro de las
aspiraciones o ideales nacionales. A mediados del siglo XIX, algunos
científicos utilizaron el término "cultura" para referirse a la capacidad
humana universal. Para el antipositivista y sociólogo alemán Georg Simmel, la
cultura se refería a "la cultivación de los individuos a través de la
injerencia de formas externas que han sido objetificadas en el transcurso de la
historia".
En
el siglo XX, la "cultura" surgió como un concepto central de la
antropología, abarcando todos los fenómenos humanos que no son el total
resultado de la genética. Específicamente, el término "cultura" en la
antropología americana tiene dos significados: (1) la evolucionada capacidad
humana de clasificar y representar las experiencias con símbolos y actuar de
forma imaginativa y creativa; y (2) las distintas maneras en que la gente vive
en diferentes partes del mundo, clasificando y representando sus experiencias y
actuando creativamente. Después de la Segunda Guerra Mundial, el término se
volvió importante, aunque con diferentes significados, en otras disciplinas
como estudios culturales, psicología organizacional, sociología de la cultura y
estudios gerenciales.
Etimología
La
etimología del término moderno "cultura" tiene un origen clásico. En
varias lenguas europeas, la palabra "cultura" está basada en el
término latino utilizado por Cicerón, en su Tusculanae Disputationes, quien
escribió acerca de una cultivación del alma o "cultura animi", para
entonces utilizando una metáfora agrícola para describir el desarrollo de un
alma filosófica, que fue comprendida teleológicamente como uno de los ideales
más altos posibles para el desarrollo humano. Samuel Pufendorf llevó esta metáfora
a un concepto moderno, con un significado similar, pero ya sin asumir que la
filosofía es la perfección natural del hombre. Su uso, y que muchos escritores
posteriores "se refieren a todas las formas en la que los humanos
comienzan a superar su barbarismo original y, a través de artificios, se
vuelven completamente humanos"
Como lo describe Velkley
El
término "cultura", que originalmente significaba la cultivación del
alma o la mente, adquiere la mayoría de sus posteriores significados en los
escritos de los pensadores alemanes del siglo XVIII, quienes en varios niveles
desarrollaron la crítica de Rousseau al liberalismo moderno y la Ilustración.
Además, un contraste entre "cultura" y "civilización" está
usualmente implícito por estos autores, aun cuando no lo expresen así. Dos
significados primarios de cultura surgen de este período: cultura como un
espíritu folclórico con una identidad única, y cultura como la cultivación de
la espiritualidad o la individualidad libre. El primer significado es predominante
dentro de nuestro uso actual del término "cultura", pero el segundo
juega todavía un importante rol en lo que creemos debería lograr la cultura,
como la "expresión" plena del ser único y "auténtico".
Concepción clásica de la cultura
El
término cultura proviene del latín cultus que a su vez deriva de la voz colere
que significa cuidado del campo o del ganado. Hacia el siglo XIII, el término
se empleaba para designar una parcela cultivada, y tres siglos más tarde había
cambiado su sentido como estado de una cosa, al de la acción: el cultivo de la
tierra o el cuidado del ganado (Cuche, 1999: 10), aproximadamente en el sentido
en que se emplea en el español de nuestros días en vocablos como agricultura,
apicultura, piscicultura y otros. Por la mitad del siglo XVI, el término
adquiere una connotación metafórica, como el cultivo de cualquier facultad. De
cualquier manera, la acepción figurativa de cultura no se extenderá hasta el
siglo XVII, cuando también aparece en ciertos textos académicos.
La
clásica oposición entre cultura y naturaleza también tiene sus raíces en esta
época. En 1798, el Dictionnaire incluye una acepción de cultura en que se
estigmatiza el "espíritu natural". Para muchos de los pensadores de
la época, como Jean Jacques Rousseau, la cultura es un fenómeno distintivo de
los seres humanos, que los coloca en una posición diferente a la del resto de
animales. La cultura es el conjunto de los conocimientos y saberes acumulados
por la humanidad a lo largo de sus milenios de historia. En tanto una
característica universal, el vocablo se emplea en número singular, puesto que
se encuentra en todas las sociedades sin distinción de etnias, ubicación
geográfica o momento histórico.
Cultura y civilización
También
es en el contexto de la Ilustración cuando surge otra de las clásicas
oposiciones en que se involucra a la cultura, esta vez, como sinónimo de la
civilización. Esta palabra aparece por primera vez en la lengua francesa del
siglo XVIII, y con ella se significaba la refinación de las costumbres.
Civilización es un término relacionado con la idea de progreso. Según esto, la
civilización es un estado de la Humanidad en el cual la ignorancia ha sido
abatida y las costumbres y relaciones sociales se hallan en su más elevada
expresión. La civilización no es un proceso terminado, es constante, e implica
el perfeccionamiento progresivo de las leyes, las formas de gobierno, el
conocimiento. Como la cultura, también es un proceso universal que incluye a
todos los pueblos, incluso a los más atrasados en la línea de la evolución
social. Desde luego, los parámetros con los que se medía si una sociedad era
más civilizada o más salvaje eran los de su propia sociedad. En los albores del
siglo XIX, ambos términos, cultura y civilización eran empleados casi de modo
indistinto, sobre todo en francés e inglés (Thompson, 2002: 186).
Es
necesario señalar que no todos los intelectuales franceses emplearon el
término. Rousseau y Voltaire se mostraron reticentes a esta concepción
progresista de la historia. Intentaron proponer una versión más relativista de
la historia, aunque sin éxito, pues la corriente dominante era la de los
progresistas. No fue en Francia, sino en Alemania donde las posturas
relativistas ganaron mayor prestigio. El término Kultur en sentido figurado
aparece en Alemania hacia el siglo XVII -aproximadamente con la misma
connotación que en francés. Para el siglo XVIII goza de gran prestigio entre
los pensadores burgueses alemanes. Esto se debió a que fue empleado para
denostar a los aristócratas, a los que acusaban de tratar de imitar las maneras
"civilizadas" de la corte francesa. Por ejemplo, Immanuel Kant
apuntaba que "nos cultivamos por medio del arte y de la ciencia, nos
civilizamos [al adquirir] buenos modales y refinamientos sociales"
(Thompson, 2002: 187). Por lo tanto, en Alemania el término civilización fue
equiparado con los valores cortesanos, calificados de superficiales y
pretenciosos. En sentido contrario, la cultura se identificó con los valores
profundos y originales de la burguesía (Cuche, 1999:13).
En
el proceso de crítica social, el acento en la dicotomía cultura/civilización se
traslada de las diferencias entre estratos sociales a las diferencias
nacionales. Mientras Francia era el escenario de una de las revoluciones
burguesas más importantes de la historia, Alemania estaba fragmentada en
múltiples Estados. Por ello, una de las tareas que se habían propuesto los
pensadores alemanes era la unificación política. La unidad nacional pasaba
también por la reivindicación de las especificidades nacionales, que el
universalismo de los pensadores franceses pretendía borrar en nombre de la
civilización. Ya en 1774, Johann Gottfried Herder proclamaba que el genio de
cada pueblo (Volksgeist) se inclinaba siempre por la diversidad cultural, la
riqueza humana y en contra del universalismo. Por ello, el orgullo nacional
radicaba en la cultura, a través de la que cada pueblo debía cumplir un destino
específico. La cultura, como la entendía Herder, era la expresión de la
humanidad diversa, y no excluía la posibilidad de comunicación entre los
pueblos.
Durante
el siglo XIX, en Alemania el término cultura evoluciona bajo la influencia del
nacionalismo. Mientras tanto, en Francia, el concepto se amplió para incluir no
sólo el desarrollo intelectual del individuo, sino el de la humanidad en su
conjunto. De aquí, el sentido francés de la palabra presenta una continuidad
con el de civilización: no obstante la influencia alemana, persiste la idea de
que más allá de las diferencias entre "cultura alemana" y
"cultura francesa" (por poner un ejemplo), hay algo que las unifica a
todas: la cultura humana.
Definiciones de cultura en las disciplinas sociales.
Para
efecto de las ciencias sociales, las primeras acepciones de cultura fueron
construidas a finales del siglo XIX. Por esta época, la sociología y la
antropología eran disciplinas relativamente nuevas, y la pauta en el debate
sobre el tema que aquí nos ocupa la llevaba la filosofía. Los primeros
sociólogos, como Émile Durkheim, rechazaban el uso del término. Hay que
recordar que en su perspectiva, la ciencia de la sociedad debía abordar
problemas relacionados con la estructura social.[6] Si bien es opinión
generalizada que Carlos Marx dejó de lado a la cultura, ello se ve refutado por
las mismas obras del autor, sosteniendo que las relaciones sociales de
producción (la organización que adoptan los seres humanos para el trabajo y la
distribución social de sus frutos) constituyen la base de la superestructura
jurídico-política e ideológica, pero en ningún caso un aspecto secundario de la
sociedad. No es concebible una relación social de producción sin reglas de conducta,
sin discursos de legitimación, sin prácticas de poder, sin costumbres y hábitos
permanentes de comportamiento, sin objetos valorados tanto por la clase
dominante como por la clase dominada. El desvelo de las obras juveniles de
Marx, tanto de La ideología alemana (1845-1846) en 1932 por la célebre edición
del Instituto Marx-Engels de la URSS bajo dirección de David Riazanov, como de
los Manuscritos económicos y filosóficos (1844) posibilitó que varios
partidarios de sus propuestas teóricas desarrollaran una teoría de la cultura
marxista (véase más adelante).
El
significado de cultura generalmente es relacionado con la antropología. Una de
las ramas más importantes de esta disciplina social se encarga precisamente del
estudio comparativo de la cultura. Quizá por la centralidad que la palabra
tiene en la teoría de la antropología, el término ha sido desarrollado de
diversas maneras, que suponen el uso de una metodología analítica basada en
premisas que en ocasiones distan mucho las unas de las otras.
Los
etnólogos y antropólogos británicos y estadounidenses de las postrimerías del
siglo XIX retomaron el debate sobre el contenido de cultura. Estos autores
tenían casi siempre una formación profesional en derecho, pero estaban
particularmente interesados en el funcionamiento de las sociedades exóticas con
las que Occidente se encontraba en ese momento.[7] En la opinión de estos
pioneros de la etnología y la antropología social (como Bachoffen, McLennan,
Maine y Morgan), la cultura es el resultado del devenir histórico de la
sociedad. Pero la historia de la humanidad en estos escritores era fuertemente
deudora de las teorías ilustradas de la civilización, y sobre todo, del
darwinismo social de Spencer.
LENGUAJE
Se
llama lenguaje (del provenzal lenguatge y este del latín lingua) a cualquier
sistema de comunicación estructurado, para el que existe un contexto de uso y
ciertos principios combinatorios formales. Existen contextos tanto naturales
como artificiales.
·
El lenguaje humano se basa
en la capacidad de los seres humanos para comunicarse por medio de signos
(usualmente secuencias sonoras, pero también gestos y señas, así como signos
gráficos). Principalmente lo hacemos utilizando el signo lingüístico. Aun así,
hay diversos tipos de lenguaje. El lenguaje humano puede estudiarse en cuanto a
su desarrollo desde dos puntos de vista complementarios: la ontogenia, que
remite al proceso de adquisición del lenguaje por el ser humano, y la
filogenia.
·
El lenguaje animal se basa
en el uso de señales sonoras, visuales, y olfativas, a modo de signos, para
señalar a un referente o un significado diferente de dichas señales. Dentro del
lenguaje animal están los gritos de alarma, el lenguaje de las abejas, etc.
·
Los lenguajes formales son
construcciones artificiales humanas, que se usan en matemática y otras
disciplinas formales, incluyendo lenguajes de programación. Estas
construcciones tienen estructuras internas que comparten con el lenguaje humano
natural, por lo que pueden ser en parte analizados con los mismos conceptos que
éste.
El
lingüista Julio Mejias habla de quince rasgos definitorios de la lengua,
algunos de los cuales están presentes en la comunicación animal y los lenguajes
formales. Sin embargo, sólo las lenguas naturales tiene estos quince rasgos de
Hockett y, por tanto, esta lista caracteriza lo que es una lengua natural.
Entre
los rasgos más definitorios están la arbitrariedad (de la relación entre el
signo y el significado), la productividad (que permite producir nuevos mensajes
nunca antes realizados), y la estructura jerárquica (según la cual las lenguas
humanas poseen reglas o principios sintácticos y gramaticales, por lo que las
producciones no son aleatorias).
Diversas definiciones
Hay
una inmensidad de definiciones sobre qué es el lenguaje humano, dependiendo de
cada autor en cada época y en cada circunstancia. Una selección de varias de
las definiciones que se le ha dado al lenguaje:
1. Por
el lenguaje entendemos un sistema de códigos con cuya ayuda se designan los
objetos del mundo exterior, sus acciones, cualidades y relaciones entre los
mismos. (A. R. Luria, 1977).
2. El
lenguaje es un hábito manipulatorio (J.B. Watson, 1924).
3. El
lenguaje es un conjunto finito o infinito de oraciones, cada una de las cuales
posee una extensión finita y construida a partir de un conjunto finito de
elementos (Noam Chomsky, 1957)
4. El
lenguaje es una instancia o facultad que se invoca para explicar que todos los
hombres hablan entre sí (J. P. Bornchart, 1957).
Lenguaje humano
El
lenguaje humano se debe a adaptaciones evolutivas que se dan exclusivamente en
seres humanos de la especie Homo Sapiens. La conducta lingüística en los
humanos no es de tipo instintivo sino que debe ser adquirido por contacto con
otros seres humanos. La estructura de las lenguas naturales, que son el
resultado concreto de la capacidad humana de desarrollar lenguaje, permite de
comunicar ideas y emociones por medio de un sistema de sonidos articulados, de
trazos escritos y/o de signos convencionales, por medio de los cuales se hace posible
la relación y el entendimiento entre individuos. El lenguaje humano permite la
expresión del pensamiento y de exteriorización de los deseos y afectos.
La
capacidad humana para el lenguaje tal como se refleja en las lenguas naturales
es estudiada por la lingüística. Se considera que la progresión de las lenguas
naturales va desde el habla, y luego por la escritura y, finalmente, se instala
una comprensión y explicación de la gramática. Desde el punto de vista social e
histórico el lenguaje humano ha dado lugar a idiomas que viven, mueren, se
mudan de un lugar a otro, y cambian con el paso del tiempo. Cualquier idioma
que deja de cambiar o de desarrollarse es categorizada como lengua muerta. Por
el contrario, cualquier idioma por hecho de no ser una lengua muerta, y formar
parte de las lenguas vivas o modernas, está sufriendo continuamente reajustes
que acumulativamente son los responsables del llamado cambio lingüístico.
Hacer
una distinción en principio entre un idioma y otro es por lo general imposible.
Por ejemplo, hay algunos dialectos del alemán que son similares a ciertos
dialectos del Holandés. La transición entre las lenguas dentro de la misma
familia lingüística a veces es progresiva.
Hay
quienes hacen un paralelismo con la biología, donde no es posible hacer una
distinción bien definida entre una especie y la siguiente. En cualquier caso,
el desafío real puede ser el resultado de la interacción entre las lenguas y
las poblaciones. Los conceptos de Ausbausprache, Abstandsprache y Dachsprache
se utilizan para hacer distinciones más refinadas sobre los grados de
diferencia entre las lenguas o dialectos.
Neurolingüística
La
neurolingüística es el área disciplinar dependiente de la neuroanatomía que se
preocupa por la computación cerebral del lenguaje humano. Las principales áreas
del cerebro que se encargan de procesar el lenguaje son:
·
Área del lenguaje hablado:
Área de Broca (No. 44) Hemisferio dominante.
·
Área de comprensión del
lenguaje hablado: Área de Wernicke. Corresponde a las áreas de Broadman No. 21,
22, 39 y 42. Lóbulo temporal izquierdo.
Patologías
Alteraciones
de lenguaje:
Trastornos del lenguaje oral: por causas orgánicas o por causas
psicológicas.
·
Disartria: Dificultad para
articular sílabas. Se observa en la parálisis general progresiva, lesiones de
algunos nervios craneales y en las intoxicaciones por alcohol y barbitúricos.
·
Dislalia: Sustitución,
alteración u omisión de los fonemas sin que haya trastornos de los órganos del
habla. Ejemplo: Rotacismo (R), Labdacismo (L), Sigmacismo (S), Deltacismo (D),
Gammacismo (G), Lalación (reemplazo de la R por la L).
·
Afasia: Imposibilidad para
comunicarse por lenguaje hablado, leído o escrito como consecuencia de una
lesión cerebral, una vez que el sujeto ha adquirido un lenguaje siquiera elemental.
Hay tres tipos:
·
Afasia motriz o de Broca
(afasia de expresión): Lesión del área 44 de Broadman del hemisferio izquierdo.
El paciente comprende lo que se le dice y sabe lo que quiere decir, pero no lo
puede expresar, ni verbal ni escrito.
·
Afasia sensorial o de
Wernicke (afasia de comprensión): El paciente habla pero no coordina las
palabras o los sonidos, oye pero no comprende las palabras que se le dirige, ve
las letras y signos escritos pero es incapaz de leerlas (Alexia) e incapaz de
escribir (Agrafia).
·
Afasia sensorial o global
(Expresión - comprensión): Lesiones de los lóbulos frontal y temporal del
hemisferio izquierdo. Imposibilidad de hablar y alteraciones de la compresión
verbal, de la lectura y escritura.
·
Disfemias: Alteración en la
emisión de las palabras. Las más frecuentes son el tartamudeo y el balbuceo.
Característico en neuróticos y psicópatas.
·
Disfonías: Alteraciones del
tono y timbre de voz cuya causa reside en el aparto fonador. Ejemplo: Afonía en
los alcohólicos, voz apagada en deprimidos.
Trastornos del lenguaje escrito
·
Disgrafía: Irregularidades
graves en los trazos de la escritura. Ejemplo: Alcoholismo, edad, senil,
parálisis general progresiva.
·
Agrafia y alexia: La agrafia
es la imposibilidad de expresar los pensamientos por medio de la escritura. La
alexia es la dificultad para reconocer letras.
Trastornos del lenguaje mímico: Cuantitativos: Hipermimia: Exageración
de rasgos fisonómicos. Ejemplo: Excitación psicomotriz, esquizofrenias.
Hipomimia: Disminución general de la mímica, se ve en los estados catatónicos,
esquizofrenia y en la indiferencia afectiva. Amimia: Inmovilidad de los rasgos
fisonómicos. No hay expresión afectiva. Esquizofrenia, depresión o en los
estados estupurosos. Trastornos cualitativos: Paramimias: Expresiones no
relacionadas con el estado de ánimo del sujeto. Simulaciones de los
delincuentes y estados delirantes.
El lenguaje en la naturaleza
Comunicación química.
Depende
del sentido del olfato y en algunas ocasiones del gusto. Estas señales pueden recorrer
grandes distancias cuando son transportadas por las corrientes del aire, aunque
sólo son percibidas a favor del viento. Las sustancias químicas específicas que
producen efectos concretos que se llaman feromonas. En las colonias de abejas,
por ejemplo, la reina produce una feromona "real" que impide el
desarrollo de los ovarios de las obreras. Las feromonas tienen una gran
importancia en lo relativo a la atracción sexual.
Comunicación acústica
Las
ondas sonoras pueden variar de altura e intensidad con rapidez. Sirven para
trasmitir mucha información. Estas señales viajan en todas direcciones y el
receptor las localiza con facilidad.
Por
ejemplo, los monos aulladores y algunas aves, ranas y sapos poseen grandes
sacos vocales que aumentan considerablemente los sonidos que emiten. En el caso
de los sapos, emiten un sonido para atraer a la hembra y otro para
"avisar" a otros que él también es macho. Las cigarras que cantan son
machos, y lo hacen para atraer a las hembras. Los pollitos emiten sonidos de distinta
intensidad en donde avisan a la gallina en distintas situaciones (si están
asustados o si tienen hambre o frío). Los cocodrilos, cuando están por nacer,
emiten sonidos con lo que avisan a su madre y ella destapa el nido subterráneo
para que los pequeños puedan subir a la superficie.
Comunicación visual
Muchos
animales diferentes usan estas señales, que se pueden encender y apagar en un
instante, aunque por lo general son útiles en determinadas horas del día.
Suelen ser llamativas o consistir en movimientos bruscos. Por ejemplo, una de
las garras del cangrejo violinista macho es mayor que la otra, tiene colores
fuertes y la sacude para atraer a las hembras. Los colores y diseños de las
alas de las mariposas y de los machos de muchas aves atraen a sus compañeras en
distancias cortas. Cuando vuelan por la noche, los lampíridos machos producen
destellos luminosos con señales características, mientras que las hembras
responden con sus destellos desde el suelo.
Comunicación táctil
La
comunicación táctil se refiere a las señales transmitidas a través del contacto
de la piel o partes exteriores de los seres vivos. Estas señales sirven al
alcance de la mano y tienen una gran importancia entre los primates, como una
forma de indicación de amistad y para tranquilizar. El hecho de que un
individuo cuide al otro, por ejemplo eliminándole los parásitos indeseables, es
su manera de reforzar los lazos familiares y de amistad. Los mecanismos
principales son:
·
Transmisión por vibraciones.
Actúan sólo en distancias muy cortas. Para indicar su presencia a las hembras,
los machos de las arañas de estuche hacen vibrar sus membranas de un modo
característico. Los cocodrilos producen vibraciones desde el interior de sus
cuerpos para producir vibraciones que la hembra pueda percibir.
·
Transmisión eléctrica:
Algunos peces que viven en los ríos lodosos de América del Sur y África usan
estas señales capaces de atravesar cuerpos sólidos. Son utilizadas para la
agresión, para el cortejo y para orientarse.
Dimensiones del Lenguaje
El lenguaje
entre especies biológicas puede ser estudiado según cuatro dimensiones o
aspectos diferentes que definen características propias de su naturaleza:
·
Formal o estructural, que se
refiere a la complejidad combinatoria de los códigos usados, el medio usado
para el mismo y los patrones en los que se basa la comunicación mediante dicho
lenguaje. La dimensión estructural a su vez puede ser dividida en forma,
contenido y uso:
·
Forma: estudiada en sus
diferentes aspectos por la fonología, morfología y sintaxis. La primera
comprende la forma material de las señales, la segunda las propiedades de
formación de señales complejas y la tercera las propiedades combinatorias.
·
Contenido: estudiado por la
semántica, que consiste en la codificación y decodificación de los contenidos
semánticos en las estructuras lingüísticas.
·
Uso: estudiado en la
pragmática, que define como la situación de uso tiene importancia tanto para
las formas usadas como la interpretación del contenido.
·
Funcional, que se refiere a
la intencionalidad con la que se usa, qué ventajas aporta y para qué casos se
usa, con qué funciones y en qué contextos.
·
Comportamental, se refiere a
todos al comportamiento exhibido por el emisor y los receptores del código, y a
las conductas desencadentes del uso y desencadanas por el uso del lenguaje.
·
Representativa, se refiere a
la intencionalidad del emisor de exponer una información sin intención de dar
una valoración o provocar una reacción en el receptor.
EL
PENSAMIENTO
De
otro lado podemos decir que el pensamiento estratégico conlleva a prepararse y
estar en condiciones de recibir muchos desafíos futuros, tanto los previsibles
como imprevisibles en materia de oportunidades perfectamente articuladas.
Un
adecuado pensamiento estratégico debe partir siempre de la misión de la entidad
la que a su vez se proyecta a una visión de futuro incorporando valores,
basados en las variables de la realidad, en la mística y en la cultura
organizacional la que debe materializarse tácticamente, mediante la información
y los conocimientos, articulando opciones.
·
Pensar: sintéticamente, es
hallar haber.
·
Imagen: son las
representaciones virtuales que tienen todos los seres humanos desde su
concepción acerca del proceso psicológico racional, subjetivo e interno de
conocer, comprender, juzgar y razonar los procesos, objetivos y hechos.
·
Lenguaje: es la función de
expresión del pensamiento en forma oral o escrita para la comunicación y el
entendimiento de los seres humanos. Nos plantea dos definiciones de
pensamiento, una de las cuales se relaciona directamente con la resolución de
problemas.
·
Pensamiento: fenómeno
psicológico racional, objetivo y externo derivado del pensar para la solución
de problemas que nos aquejan día tras día.
"El
proceso de pensamiento es un medio de planificar la acción y de superar los
obstáculos entre lo que hay y lo que se proyecta".
"El
pensamiento se podría definir como imágenes, ensoñaciones o esa voz interior
que nos acompaña durante el día y en la noche en forma de sueños". La
estructura del pensamiento o los patrones cognitivos son el andamiaje mental
sobre el que conceptualizamos nuestra experiencia o nuestra realidad.
Características
·
El pensamiento es lo que cada día un individuo posee y lo
va desarrollando conforme va aprendiendo.
·
El pensar lógico se
caracteriza porque opera mediante conceptos y razonamientos.
·
Existen patrones que tienen
un comienzo en el pensamiento y hace que el pensamiento tenga un final, esto
sucede en milésimas de segundos, a su vez miles de comienzos y finales hacen de
esto un pensamiento lógico; esto depende del medio de afuera y para estar en
contacto, con ello dependemos de los cinco sentidos.
·
El pensar siempre responde a
una motivación, que puede estar originada en el ambiente natural, social o
cultural, o en el sujeto pensante.
·
El pensar es una resolución
de problemas. La necesidad exige satisfacción.
·
El proceso del pensar lógico
siempre sigue una determinada dirección. Esta dirección va en busca de una
conclusión o de la solución de un problema, no sigue propiamente una línea
recta sino más bien zigzagueante con avances, paradas, rodeos y hasta
retrocesos.
·
El proceso de pensar se
presenta como una totalidad coherente y organizada, en lo que respecta a sus
diversos aspectos, modalidades, elementos y etapas.
·
El pensamiento es
simplemente el arte de ordenar las matemáticas, y expresarlas a través del
sistema lingüístico.
·
Las personas poseen una
tendencia al equilibrio, una especie de impulso hacia el crecimiento, la salud
y el ajuste. Existen una serie de condiciones que impiden y bloquean esta
tendencia, el aprendizaje de un concepto negativo de sí mismo, es quizás una de
las condiciones bloqueadoras más importantes. Un concepto equivocado o negativo
de sí mismo deriva de experiencias de desaprobación o ambivalencia hacia el
sujeto en las etapas tempranas de su vida cotidiana.
·
Deductivo: va de lo general
a lo particular. Es una forma de razonamiento de la que se desprende una
conclusión a partir de una o varias premisas.
·
inductivo: es el proceso
inverso del pensamiento deductivo, es el que va de lo particular a lo general.
La base es, la figuración de que si algo es cierto en algunas ocasiones, lo
será en otras similares aunque no se puedan observar.
·
analítico: realiza la
separación del todo en partes que son identificadas o categorizadas.
·
creativo: aquel que se
utiliza en la creación o modificación de algo, introduciendo novedades, es
decir, la producción de nuevas ideas para desarrollar o modificar algo
existente.
·
instintivo: es aquel que
poseen la mayoría de los seres vivos, el cual genera acciones.
·
sistémico: es una visión
compleja de múltiples elementos con sus diversas interrelaciones. Sistémico
deriva de la palabra sistema, lo que nos indica que debemos ver las cosas de
forma interrelacionada.
·
crítico: examina la
estructura de los razonamientos sobre cuestiones de la vida diaria, y tiene una
doble vertiente analítica y evaluativa. Intenta superar el aspecto mecánico del
estudio de la lógica. Es evaluar el conocimiento, decidiendo lo que uno
realmente cree y por qué. Se esfuerza por tener consistencia en los
conocimientos que acepta y entre el conocimiento y la acción.
·
interrogativo: es el
pensamiento con el que se hacen preguntas, identificando lo que a uno le
interesa saber sobre un tema determinado.
·
Pensamiento social: se basa
en el análisis de elementos en el ámbito social, en este se plantean
interrogantes y se hacen críticas que ayuden en la búsqueda de soluciones a las
mismas. Además puede considerarse como el pensamiento que tiene cada persona
dentro de la sociedad.
Relación entre el pensamiento y el lenguaje
·
El pensamiento no sólo se
refleja en el lenguaje, sino que lo determina.
·
El lenguaje precisa del
pensamiento.
·
El lenguaje transmite los
conceptos, juicios y raciocinios del pensamiento.
·
El pensamiento se conserva y
se fija a través del lenguaje.
·
El lenguaje ayuda al
pensamiento a hacerse cada vez más concreto.
·
El pensamiento es la pasión
del ser racional, del que procura descubrir hasta lo más mínimo y lo convierte
en un conocimiento.
·
El pensamiento involucra una
estructura conocida como "la estructura del pensamiento".
·
El lenguaje es simplemente
un manejo de símbolos (dígase codificación), el pensamiento es un
acondicionador del lenguaje.
·
El pensamiento es el límite
a la acción inconsciente, generada en la mayoría de los casos por mensajes
errados o mal interpretados.
·
Las formas del lenguaje se
basan en el pensamiento, sin embargo estas no tienen una relación de
paralelismo, sino que son mutuamente dependientes, por lo que es importante
analizarlas en conjunto.
Operaciones racionales
·
Análisis: División mental es
decir el pensamiento se divide en dos formas izquierda y derecha. El lado
derecho puede pensar todo lo negativo y el izquierdo todo lo positivo.
·
Síntesis: Se reúne todo lo
mental para luego ser analizado o recordado.
·
Comparación: Establece
semejanzas y diferencias entre los distintos objetos y fenómenos de la
realidad.
·
Generalización: Proceso en
el que se establece lo común de un conjunto de objetos, fenómenos y relaciones.
·
Abstracción: Operación que
consiste en mostrar mentalmente ciertos rasgos, generalmente ocultados por la
persona, distinguiéndose de rasgos y anexos accidentales, primarios y
prescindiendo de aquellos pensamientos.
El pensamiento en la tipología psicológica
El
psicólogo Carl Jung en su libro Tipos psicológicos propuso la existencia de
cuatro funciones principales en la consciencia entre las cuales se encuentra la
función pensamiento. Las tres funciones restantes son la sensación, la
intuición y el sentimiento. Estas cuatro funciones son modificadas por dos
actitudes principales: introversión y extraversión. A partir de esta teoría se
desarrolla más tarde el Indicador Myers-Briggs que cuenta con 16 combinaciones
tipológicas (8 tipos más que en la tipología junguiana clásica) de las cuales
cuatro son del tipo pensamiento;
·
INTP; Introvertido,
Intuitivo, Pensamiento (Thinking), Perceptivo.
·
ISTP; Introvertido,
Sensitivo, Pensamiento (Thinking), Perceptivo.
·
ENTJ; Extravertido,
Intuitivo, Pensamiento (Thinking), Calificador (o Judging).
·
ESTJ; Extravertido, Sensitivo,
Pensamiento (Thinking), Calificador (o Judging).
Los
dos primeros pertenecen al pensamiento introvertido con orientación intuitiva y
sensitiva respectivamente; y los dos últimos al pensamiento extrovertido con
orientación intuitiva y sensitiva, también respectivamente.
Enfermedades
Los
trastornos del pensamiento suelen ser divididos en trastornos del curso, del
contenido del pensamiento y, en ciertos casos se añade un tercer grupo, los
trastornos de la vivencia del pensamiento.
Trastornos
del curso del pensamiento: Los trastornos del
curso del pensamiento incluyen enfermedades de la fluidez del pensamiento, es
decir, como se formulan, organizan y presentan los pensamientos de un
individuo.
Trastornos
de la velocidad: Los trastornos de la
velocidad incluyen problemas de salud que afectan la cantidad y la velocidad de
los pensamientos. Sus principales trastornos son los siguientes:
·
Taquipsiquia o pensamiento
acelerado
·
Fuga de ideas en la que el
pensamiento parece saltar súbitamente de un tema a otro
·
Bradipsiquia o pensamiento
inhibido
·
Bloqueo o interrupción
brusca del pensamiento antes de completar la idea
Trastornos
de la forma: Los trastornos de la forma
propiamente dicha incluyen enfermedades de la direccionalidad y la continuidad
del pensamiento. Los más significativos incluyen:
·
Pensamiento circunstancial,
cuando la información compartida es excesiva, redundante y, por lo general, no
relacionada con el tema hasta finalmente comunicar lo que se desea.
·
Pensamiento divagatorio
·
Ecolalia, Repetición persistente
de palabras o frases de otra persona.
·
Pensamiento tangencial,
Pensamientos irrelevantes, que no se relacionan a la centralidad de lo que se
desea comunicar.
·
Perseverancia, Repetición
constante al mismo estímulo, tal como responder con la misma palabra a todas
las preguntas del interrogatorio.
·
Disgregación
·
Neologismo, Creación de
palabras nuevas, incomprensibles para el interrogador..
Trastornos
del contenido del pensamiento: Las
principales incluyen:
·
Preocupaciones
·
Ideas falsas, por lo general
reversible
·
Ideas obsesivas
·
Ideas fóbicas
·
Pensamiento mágico.
CONOCIMIENTO
1. Hechos
o información adquiridos por un ser vivo a través de la experiencia o la
educación, la comprensión teórica o práctica de un asunto o un objeto de la
realidad.
2. Lo que
se adquiere como información relativa a un campo determinado o a la totalidad
del universo.
3. Conciencia
o familiaridad adquirida por la experiencia de un hecho o situación.
4. Incluye
el "saber qué", el "saber cómo" y el "saber
dónde".
No existe
una única definición de "Conocimiento". Sin embargo existen muchas
perspectivas desde las que se puede considerar el conocimiento, siendo un
problema histórico de la reflexión filosófica y de la ciencia la consideración
de su función y fundamento.
La tradición
Tradicionalmente
se ha presentado el conocimiento como algo específico del hombre en relación
con la “creencia” en la existencia del alma racional que hace posible intuir la
realidad como verdad.
Se
consideraba que el conocimiento responde a las facultades intelectivas del alma
conforme a los tres grados de perfección de las mismas: alma como principio de
vida y automovimiento vegetativo, alma sensitiva o animal y alma humana o
racional.
Según
estos postulados todos los seres vivos adquieren información de su entorno por
medio de sus facultades o funciones del alma:
·
Vegetativa en los vegetales
para realizar las funciones mínimas vitales de nacimiento, nutrición y
crecimiento, reproducción y muerte.
·
Sensitiva, en los animales
que produce adaptación y automovimiento local e incluye las facultades
anteriores. En el grado de perfección superior aparece la memoria, aprendizaje
y experiencia, pero en su grado no se puede llegar al "verdadero conocimiento"
de la realidad.
·
Racional en el hombre que,
además de las funciones anteriores, produce el conocimiento por conceptos que
hace posible el lenguaje y la conciencia de la verdad.
Los
seres meramente materiales, inertes, sin vida y sin alma, no tienen
conocimiento ni información alguna acerca del entorno, como seres completamente
pasivos, solamente sometidos a la causalidad mecánica material.
La
experiencia, que es común con los animales dotados de memoria, no ofrece aún
una garantía de verdad porque:
·
es un conocimiento subjetivo
de quien tiene la experiencia sensible; que es válido sólo para quien lo
experimenta y solo en el momento en que lo experimenta.
·
ofrece solamente una verdad
momentánea, cambiante, y referente a un único caso. Retenida en la memoria,
solamente es capaz de aportar un contenido de verdad probable, por analogía,
basándose en la semejanza de los casos y situaciones, como inducción.
Por
el contrario el conocimiento por conceptos:
·
Es propio únicamente del ser
humano gracias a la facultad del entendimiento
·
Por ser los conceptos
inmateriales, independientes de las causas materiales de la experiencia,
constituyen una prueba evidente de la existencia del alma racional lo que hace
al hombre un "ser espiritual" en cierto modo independiente de lo
material.
·
Su verdad no depende de las
circunstancias porque su actividad intuitiva penetra y conoce la realidad como
tal, la esencia de las cosas y por ello es posible la ciencia.
Esto
es así porque el entendimiento como potencia o facultad del alma, entendimiento
agente según Aristóteles, es intuitivo y penetra en la esencia de las cosas a
partir de la experiencia mediante un proceso de abstracción.
En
cuanto a la acción, frente a las meras emociones y sentimientos, que son
pasiones porque en estos estados el alma es pasiva, se encuentra la facultad de
la voluntad que permite controlar las pasiones y dirigir una acción propia,
como libertad que no depende de las causas materiales de la experiencia.
Tanto
el entendimiento como la voluntad se consideran facultades activas del alma
específica humana, independiente de la acción de las causas materiales.
Tanto
el conocimiento sensible (experiencia como conocimiento de percepciones
almacenadas en la memoria) como la motivación (los afectos o sentimientos
considerados como pasiones) se consideraban fruto de la acción material del
entorno sobre el alma, (el alma recibe pasivamente estos datos de información),
mientras que la conceptualización y la acción libre es fruto de la acción
inmaterial propia del "alma racional humana"; esto es posible porque
el alma es espiritual e independiente de lo material.
Esta
concepción está en la actualidad completamente fuera del campo de la ciencia.
En la actualidad
Una
actividad esencial de todo individuo en su relación con su entorno es captar o
procesar información acerca de lo que lo rodea.
Este
principio fundamental sitúa la actividad humana del conocer en un ámbito
general propio de todos los seres de la naturaleza. El conocimiento, para el
caso del hombre, consiste en su actividad relativa al entorno que le permite
existir y mantenerse y desarrollarse en su existencia. El caso específico
humano incluye lo social y cultural.
Tan
fundamental es esta actividad en la vida que todos "sabemos" lo que
es el conocer y el conocimiento, con tal de que no tengamos que explicarlo. Tal
es la situación que ocurre con casi todos los conceptos verdaderamente
importantes: la palabra es perfectamente conocida y su uso perfectamente
dominado. Pero la palabra tiene una amplitud tan grande y su uso unos contextos
tan variados que el concepto, tan rico y lleno de matices, resulta muy difícil
de comprender y explicar.
Por
lo que siguen existiendo numerosas teorías que intentan comprenderlo y
explicarlo.
Hoy
día la ciencia habla de cognición o actividades cognitivas como un conjunto de
acciones y relaciones complejas dentro de un sistema complejo cuyo resultado es
lo que consideramos conocimiento.
Conocer y saber
Diferenciamos,
de un modo técnico y formalizado los conceptos de conocer y saber, por más que,
en el lenguaje ordinario, se usen a veces como sinónimos, otras veces no.
Conocer,
y su producto el conocimiento, va ligado a una evidencia que consiste en la
creencia basada en la experiencia y la memoria y es algo común en la evolución
de los seres naturales concebidos como sistemas, a partir de los animales
superiores.
Saber,
por su parte requiere, además de lo anterior, una justificación fundamental; es
decir un engarce en un sistema coherente de significado y de sentido, fundado
en lo real y comprendido como realidad; más allá del conocimiento del objeto en
el momento presente como si fuera definitivo y completo. Un sistema que
constituye un mundo y hace de este hecho de experiencia algo con entidad
consistente. Un conjunto de razones y otros hechos independientes de mi
experiencia que, por un lado, ofrecen un "saber qué" es lo percibido
como verdad y, por otro lado, orientan y definen la conducta, como un
"saber hacer" como respuesta adecuada y una valoración de todo ello respecto
a lo bueno.
Conocimiento, verdad y cultura
Hay
muchos tipos de conocimiento perfectamente adaptados a sus propósitos:
·
la mera acumulación de
experiencia
·
el conocimiento de la lengua
·
las leyendas, costumbres o
ideas y creencias de una cultura particular, con especial relevancia de las
creencias religiosas y morales
·
el conocimiento que los
individuos tienen de su propia historia
·
el «saber hacer» en la
artesanía y la técnica
·
el saber artístico
·
la ciencia
·
Gnosis Conocimiento
intuitivo de todas las cosas.
Todos
esos conocimientos se desarrollan en un entorno o campo de cultivo común: la
cultura basada en la tradición de una sociedad dada. En cada momento se genera
información; sin embargo la cantidad de conocimiento humano es necesariamente
limitada, sujeta a condiciones, y siempre quedarán problemas para los cuales el
conocimiento de una sociedad o un individuo no son suficientes:
·
el Universo
·
el orden
·
el origen y el final de la
vida
·
cuestiones que, por estar
más allá de la experiencia posible, quedan fuera del marco de las ciencias
experimentales pero siempre abiertas a la reflexión filosófica o a las
creencias en explicaciones míticas.
La
razón siempre cuestionará los marcos conceptuales, teorías, que explican y
amplían el mundo como campo de la investigación del Universo.
Especial
relevancia tiene el conocimiento científico en relación con la verdad. Las
ciencias constituyen uno de los principales tipos de conocimiento. Propiamente
es el conocimiento con mejor garantía de ser la interpretación que mejor
realiza la función representativa del lenguaje; o, lo que es lo mismo, la mejor
expresión de la verdad válidamente justificada de la realidad; la verdad
científica es la que mejor representa la verdad reconocida y asumida por la
Humanidad en cuanto seres racionales.
Esto
es así porque las ciencias son el resultado de esfuerzos sistemáticos y
metódicos de investigación colectiva y social en busca de respuestas a
problemas específicos como explicaciones en cuya elucidación procura ofrecernos
la interpretación adecuada del universo.
Hoy
día, dada la interacción y mutua dependencia entre la ciencia y la técnica,
hablamos mejor de conocimientos científico-técnicos y de programas de
investigación.
Los
conocimientos se adquieren mediante una pluralidad de procesos cognitivos:
percepción, memoria, experiencia (tentativas seguidas de éxito o fracaso),
razonamiento, enseñanza-aprendizaje, testimonio de terceros, etc. Estos
procesos son objeto de estudio de la ciencia cognitiva.
Por
su parte, la observación controlada, la experimentación, la modelización, la
crítica de fuentes (en Historia), las encuestas, y otros procedimientos que son
específicamente empleados por las ciencias, pueden considerarse como un
refinamiento o una aplicación sistemática de los anteriores. Estos son objeto
de estudio de la epistemología.
La
importancia de este tipo de conocimiento científico-técnico y cultural,
distingue a la humanidad de las otras especies animales. Todas las sociedades
humanas adquieren, preservan y transmiten una cantidad sustancial de saberes,
notablemente, a través del lenguaje. Con el surgimiento de las civilizaciones,
la acumulación y la difusión de conocimientos se multiplica por medio de la
escritura. A través de la historia, la humanidad ha desarrollado una variedad
de técnicas destinadas a preservar, transmitir y elaborar los conocimientos,
tales como la escuela, las enciclopedias, la prensa escrita, las computadoras u
ordenadores.
Esta
importancia va de la mano con una interrogación sobre el valor del
conocimiento. Numerosas sociedades y movimientos religiosos, políticos o
filosóficos han considerado que el acrecentamiento del saber, o su difusión, no
resultaban convenientes y debían limitarse. A la inversa, otros grupos y
sociedades han creado instituciones tendentes a asegurar su preservación, su
desarrollo y su difusión. Así mismo, se debate cuáles son los valores
respectivos de diferentes dominios y clases de conocimientos.
En
las sociedades contemporáneas, la difusión o al contrario, la retención de los
conocimientos, tiene un importante papel político y económico, incluso militar;
lo mismo ocurre con la propagación de pseudo-conocimientos (o desinformación).
Todo ello contribuye a hacer del conocimiento una fuente de poder. Este papel
explica en buena parte la difusión de la propaganda y las pseudociencias, que
son tentativas por presentar como conocimientos, cosas que no lo son. Esto le
confiere una importancia particular a las fuentes de conocimientos, como los
medios masivos y sus vehículos, tales como la prensa e Internet y al control de
los mismos.
Visión filosófica clásica
Platón
dedica al estudio del problema del conocimiento el diálogo Teeteto, aunque en
otros diálogos (especialmente Menón y La República) hay también importantes
reflexiones sobre el tema. En la primera parte del Teeteto se discute y se
rebate con numerosos argumentos la teoría relativista del sofista Protágoras,
según la cual cada opinión (doxa) es verdadera para quien la sostiene. No
obstante, hay que reconocer que hay opiniones o creencias falsas. En la última
parte del diálogo se discute la llamada "definición platónica" del
conocimiento (episteme), según la cual éste está constituido por creencias u
opiniones verdaderas y justificadas. Esta definición tampoco se acepta en el
propio diálogo, a pesar de lo cual, históricamente ha sido el punto de partida
para prácticamente todas las investigaciones ulteriores sobre el tema (incluso
hasta el presente).
En
la La República el conocimiento cabal, en tanto que racional se caracteriza
como necesariamente verdadero, y como fundado en principios no hipotéticos.
Estos principios sólo pueden alcanzarse mediante la facultad dialéctica, que
debe "abrirse paso, como en una batalla, a través de todas las
objeciones"
En
cambio el saber de las "artes", (tal como lo entendían los clásicos
se refieren a lo que hoy llamamos ciencias incluidas las matemáticas), parten
de simples hipótesis, ofreciendo por tanto una explicación condicionada y no un
conocimiento categórico.
Por
supuesto, las creencias y la opinión, incluso si son verdaderas, se consideran
ignorantes de la realidad de las cosas y quedan relegadas al ámbito de lo
probable y lo aparente.
Tradicionalmente
la vinculación entre conocimiento, verdad y necesidad forma parte de toda
pretensión de conocimiento filosófico y científico.
Epistemología actual
En
la actualidad, sin embargo, a esta doctrina se oponen las posturas
falibilistas, según las cuales la verdad estricta no es una característica
esencial del conocimiento o la ciencia auténticos.
El
falibilismo fue ampliamente difundido por Karl Popper en el siglo XX, y junto
con las aportaciones de la sociología de la ciencia, Thomas Kuhn, y la
insuficiencia de los métodos, Feyerabend, entre otros factores hacen que la
nueva epistemología tenga una fundamentación abierta.
Del
falibilismo y la definición platónica se considera que los conocimientos son
esencialmente creencias suficientemente justificadas. Postura expresamente
mantenida por el filósofo mexicano Luis Villoro entre otros. La reflexión sobre
el propio conocimiento generan su propia ciencia y filosofía:
·
Gnoseología, también
denominada Teoría del conocimiento.
·
Filosofía de la ciencia.
Visión científico-técnica
En
ciencias, es común asumir la existencia de un continuo progresivamente
complejo, integrado por los datos, la información, el conocimiento y la
sabiduría. Así, se define al conocimiento como el conjunto organizado de datos
e información que permiten resolver un determinado problema o tomar una
decisión (conocimiento "accionable").
Para
alcanzarlo se aplica el llamado método científico, existiendo múltiples vías de
llegar a obtener conocimiento: método empírico, método histórico, método
lógico, analogía, etc.
En
general, para que una creencia constituya conocimiento científico no basta con
que sea válida y consistente lógicamente, pues ello no implica su verdad. Para
que una teoría deba ser considerada como verdadera, deben existir, desde el
punto de vista de la ciencia, pruebas que la apoyen. Es decir, debe poder
demostrarse su verosimilitud empleando el método científico, conforme a una
lógica empírica y un método experimental.
Esto
sin embargo se ve seriamente complicado si se introducen interrogantes
relativas a la suficiencia de dicho método, como por ejemplo, la transparencia
de los hechos (¿existen los hechos puros o más bien interpretaciones?), la
factibilidad de la pretensión de objetividad y neutralidad valórica (¿es
posible la comprensión de la realidad desde un punto de vista neutro, tal como
fuera el de un dios, o estamos condenados a perspectivas?), etc.
Tradiciones culturales y Visión religiosa
Sin
embargo, el concepto de conocimiento es más general que el de conocimiento
científico. Es así que las tradiciones culturales y las creencias religiosas
constituyen un tipo especial de conocimiento diferente al conocimiento
científico. Un tipo de saber vivido como creencia dentro del entorno social y
cultural y tenido como experiencia acumulada o revelación recibida de los ancestros.
Enfoque histórico y gnosoleógico
Todos
los filósofos, de una manera u otra, se ocuparon del problema del conocimiento.
La relevancia que ahora ha tomado se inicia ya con las posiciones idealistas.
Cuando la conciencia, en Descartes, es prioritaria, y cuando en Kant la razón
humana es conformadora del objeto, el conocimiento comienza a ser un problema
central. Los tiempos del realismo espontáneo de toda la antigüedad y el
medioevo, llegaron así a su fin.
En
Grecia predominan los problemas ontológicos. Desde Descartes, Berkeley,
Malebranche, Leibniz, Locke, Hume y otros, predominarán los problemas
gnoseológicos. En ellos el tema es relevante, pero todavía no se sienten
llevados a pensar que el asunto merezca una disciplina de estudio especial. Será
Kant quien con plena conciencia establecerá que el conocimiento requiere una
“teoría” especial. Autores posteriores, de manera explícita o implícita,
llegaron luego a considerar que el problema del conocimiento era fundamental en
la filosofía.
La
descripción minuciosa de lo que acontece en el conocimiento humano dio lugar a
una “fenomenología del conocimiento”. Aquí, de lo que se trata, es de efectivizar
una descripción de lo que puntualmente aparece en el hecho del conocimiento
humano. Pretende ser una descripción “pura” y no atiende a lo generador, o
genético.
El
problema raíz consiste en delimitar la relación que se da en el conocimiento
entre el sujeto cognoscente y el objeto conocido.
Conocer
tiene lugar cuando el sujeto cognoscente aprehende o se apropia del objeto
conocido. La coexistencia de ambos factores es de rigor. El énfasis puesto en
uno u otro de los dos componentes, determina que unos filósofos, por dar
predominancia al objeto, deriven en posiciones realistas. En sentido contrario,
los que den preeminencia al sujeto se inclinarán hacia actitudes y
teorizaciones idealistas.
El
problema de la posibilidad del conocimiento como verdad es otro de los que se
presentan en el análisis:
·
El escepticismo, desde los
griegos, niega esa posibilidad. Desde siempre se ha encontrado en esta postura,
una contradicción. Se niega el conocimiento de la verdad desde la afirmación
del conocimiento de que ese algo no es posible.
·
Por contra el dogmatismo da
por supuesto el conocimiento verdadero como supuesto fundamental.
Lo
más frecuente es que tanto en el escepticismo como en dogmatismo las posiciones
sean moderadas o sincréticas.
El origen del conocimiento.
Los
empiristas estiman que el aporte de los sentidos es lo fundamental siendo los
conceptos meras generalizaciones de la experiencia. Sostienen posiciones
tendentes a un concepto de verdad escéptico, probable y no dogmático. Tal
corriente en la antigüedad estuvo presente en los sofistas y pirronianos. En la
Edad Media los nominalistas y en la Edad Moderna los empiristas ingleses.
Los
racionalistas tienden a valorar el conocimiento conceptual y lógico en tanto
que hacen posibles razonamientos deductivos. Su modelo de razón es el análisis
formal. Y la ciencia matemática su modelo. Aquí será frecuente el sostenimiento
de la presencia de “ideas innatas” en el hombre, que se poseen fuera del concurso
de todo aporte exterior.
En
la actualidad esta problemática es asumida totalmente por la ciencia con
planteamientos completamente nuevos sobre el hecho de la Teoría de la Evolución
y la antropología cultural.
Conocimiento y verdad.
Es
tradicional la definición de la verdad del conocimiento como adecuación entre
lo contenido en el intelecto y la cosa.
A
este respecto, en el siglo XX, Heidegger introducirá un enfoque diferente, que
a su entender ya estuvo en lo más destacado y olvidado de los grandes filósofos
griegos: la verdad como descubrimiento o desvelamiento del ser, por el sólo
hecho de mostrarse como fenómeno primario.
Esta
postura es un intuicionismo extremo, que también ha estado presente en otros
pensadores, como modo de captación de lo verdadero. Entre ellos Bergson, que
sostenía la posibilidad de la intuición intelectual, distinta de todo trato
racional o de inferencias deductivas.
En
todo caso la verdad aparece como perspectiva, (Ortega y Gasset),
"respectiva" como realidad mundanal, (Zubiri op. cit.) o
"relativa" a un sistema lógico, (Gödel), y en cualquier caso,
(Popper), con una relación asintótica con lo real o como una relación
"hermenéutica analógica" como plantea Mauricio Beuchot. Lo que,
inevitablemente hace de la verdad el "ser" historia", además de
constituirse como "hecho histórico" en todos los aspectos de su
"realización" en tanto que verdad conocida, realidad como
actualización de posibilidades de lo real.
CIENCIA
La
ciencia utiliza diferentes métodos y técnicas para la adquisición y
organización de conocimientos sobre la estructura de un conjunto de hechos
suficientemente objetivos y accesibles a varios observadores, además de basarse
en un criterio de verdad y una corrección permanente. La aplicación de esos
métodos y conocimientos conduce a la generación de más conocimiento objetivo en
forma de predicciones concretas, cuantitativas y comprobables referidas a
hechos observables pasados, presentes y futuros. Con frecuencia esas
predicciones pueden formularse mediante razonamientos y estructurarse como
reglas o leyes generales, que dan cuenta del comportamiento de un sistema y
predicen cómo actuará dicho sistema en determinadas circunstancias.
Son
ejemplos paradigmáticos la concepción del Ser-Uno y la unidad de la Naturaleza
en la filosofía antigua; en la Edad Media el «Ars Magna» de Ramón Llull y la
filosofía de Nicolás de Cusa en el Renacimiento; en la Edad Moderna el «sistema
del mundo» de Laplace y el sistema hegeliano; y en el siglo XX la Enciclopedia
Internacional de la Ciencia Unificada donde Joergen Joergensen escribe: La
unidad de la ciencia constituye la fase de aplicaciones de la ciencia, en
cuanto éstas dependen de la combinación de premisas tomadas de diversas
disciplinas científicas en series de indiferencia conexas entre ellas. Pero
intentar enumerar todas las ciencias, y elaborar una clasificación unitaria
siguiendo criterios fijos se convierte en una tarea difícil, si no imposible,
dado el desarrollo de las ciencias no solo en número sino en métodos y
criterios de constitución de cada una de las mismas.
Con
anterioridad a la Edad Moderna podemos hablar de una clasificación de los
distintos modos o categorías del conocer en tanto que conocimiento humano racional,
bajo las notas de universalidad y necesidad, superando los límites del
conocimiento por la experiencia.
Hasta
el Renacimiento todo el saber que no fuera técnico o artístico se situaba en el
ámbito de la filosofía. El conocimiento de la naturaleza era sobre la
totalidad: una ciencia universal. Cuando Aristóteles utiliza los términos
«episteme» y «philosophia» no es incorrecto hablar de clasificación de las
«ciencias en Aristóteles»; pero con un significado y contenido muy diferente al
de «ciencia» en la Modernidad.
Las
primeras clasificaciones se remontan a Aristóteles que considera tres
categorías del saber:
·
Teoría: que busca la verdad
de las ideas, como formas y como sustancias. Este saber está constituido por
las ciencias cuyo conocimiento está basado en el saber por el saber:
Matemáticas, Física y Teología.
·
Praxis: O saber práctico
encaminado al logro de un saber para guíar la conducta hacia una acción
propiamente humana en cuanto racional: lo formaban la Ética, la Política, la
Económica y la Retórica.
·
Poiesis: o saber creador,
saber poético, basado en la transformación técnica. Lo que hoy día
englobaríamos en la creación artística, artesanía y la producción de bienes
materiales.La clasificación aristotélica sirvió de fundamento para todas las
diversas clasificaciones que se hicieron en la Edad Media hasta el
Renacimiento, cuando las grandes transformaciones promovidas por los grandes
adelantos técnicos plantearon la necesidad de nuevas ciencias y sobre todo
nuevos métodos de investigación que culminarán en la Ciencia Moderna del siglo
XVII. Es entonces cuando aparece un concepto moderno de clasificación que
supone la definitiva separación entre ciencia-filosofía.
En
la Edad Moderna Tommaso Campanella, Comenio, Bacon, Hobbes y John Locke
propusieron diferentes clasificaciones. El Systema Naturae (1735) de Linneo,
estableció los criterios de clasificación que más influencia han tenido en el
complejo sistema clasificatorio de las ciencias naturales. André-Marie Ampère
confeccionó una tabla con 512 ciencias
Clasificaciones fundamentales
Dilthey
considera inapropiado el modelo epistemológico de las «Naturwissenschaften»,
esto es el método científico que toma como modelo de ciencia la Física aplicada
a las llamadas «ciencias naturales», cuando se aplica a otros saberes que
atañen al hombre y a la sociedad. Propone por ello un modelo completamente
diferente para las «Geisteswissenschaften», «ciencias humanas» o «ciencias del
espíritu», e.g., filosofía, psicología, historia, filología, sociología, etc.
Si
para las primeras el objetivo último es la explicación, basada en la relación
causa/efecto y en la elaboración de teorías descriptivas de los fenómenos, para
estas últimas se trata de la comprensión de los fenómenos humanos y sociales.
Las
ciencias factuales se encargan de estudiar hechos auxiliándose de la
observación y la experimentación. La física, la psicología y la sociología son
ciencias factuales porque se refieren a hechos que se supone ocurren en la
realidad y, por consiguiente, tienen que apelar al examen de la evidencia
científica empírica.
La
ciencia experimental se ocupa del estudio del mundo natural. Por mundo natural
se ha de entender todo lo que pueda ser supuesto, detectado o medido a partir
de la experiencia. En su trabajo de investigación, los científicos se ajustan a
un cierto método, un método científico general y un método específico al campo
concreto y a los medios de investigación.
La
llamada «ciencia aplicada» consiste en la aplicación del conocimiento
científico teórico (la llamada ciencia «básica» o «teórica») a las necesidades
humanas y al desarrollo tecnológico. Es por eso que es muy común encontrar,
como término, la expresión «ciencia y tecnología».
Las
ciencias formales, en cambio, crean su propio objeto de estudio; su método de
trabajo es puro juego de la lógica, en cuanto formas del pensar racional humano,
en sus variantes: la lógica y las matemáticas. En la tabla que sigue se
establecen algunos criterios para su distinción.
Historia y progreso del conocimiento científico
Desde
determinado punto de vista la descripción de la historia de la ciencia puede
causar una visión compendiada de la historia en la que una teoría falsa es
sustituida por una «verdadera», que será falsa cuando es sustituida por otra
«verdadera». Tal es lo que ocurre si mantenemos una visión simplista de la
ciencia como «conjunto de teorías cerradas» es decir que se sustentan por sí
mismas en su contenido de verdad y se generan en una sucesión cuyo producto
acabado es «una ciencia consolidada», producto de «Una Razón», si no absoluta,
al menos humana, pero en tanto que verdadera, definitiva.
De
hecho una visión así se produce cuando la tesis más frecuente y tenazmente
repetida es que el método científico es una combinación de deducción e
inducción, de matemática y experiencia. Tal idea se remonta a Galileo (o
incluso más atrás, hasta los más grandes científicos de la Grecia clásica),
calificada como inductivismo cuyo fundamento reside en considerar que los
hechos justifican las teorías en el sentido de hacerlas verdaderas de forma
definitiva y permanente.
Tal
visión ha sido definitivamente superada por la crisis vivida durante el siglo
XX al tener que considerar las teorías como «teorías abiertas».
Teorías
cerradas:
·
Rigurosamente formalizadas,
o formalizables en lenguaje lógico-matemático.
·
Se basan en un determinado
sistema de axiomas y reglas lógicas.
·
No necesitan tener
referencia alguna a presuntas verdades intuitivas ajenas a dicho sistema.
·
Dos teorías diversas entre
sí no pueden tener equivalencias puesto que se basan en sistemas primitivos
lógicos diferentes.
La
crisis de la ciencia del siglo XX por el contrario muestra la necesidad de
teorías abiertas<Popper. No se trata de la idea de «sucesión descriptiva»
sino de «el fundamento del progreso científico» entendido como proceso
histórico. La actual epistemología representa un punto de inflexión importante
en la visión de la historia de la ciencia como:
Evaluación
del progreso objetivo de la ciencia entendido como cambios progresivos y
regresivos de problemáticas para un conjunto estable de teorías científicas que
ofrecen un marco o modelo teórico global.
La
historia de la ciencia deja de ser la historia de las teorías y se constituye
en el planteamiento y consideración de «problemáticas comunes» a diversas
teorías unidas en una continuidad de largo recorrido histórico y cultural. Dicha
unidad encuentra su fundamento en un «marco conceptual común», una unidad
cultural de lenguaje que ofrece una visión determinada acerca de un determinado
ámbito del universo mundo, como interpretación del mismo, sobre la base de unas
mismas reglas lógicas de interpretación de la experiencia. Las series más
importantes de estas teorías científicas vienen caracterizadas por una
«continuidad» en el tiempo; teorías que se relacionan en una unidad global
dentro de en un ámbito suficientemente amplio de investigación del mundo.
Vienen a suponer una cierta unidad conceptual y de visión general. Sobre estas
unidades es sobre lo que se construye el progreso científico, pues es en el
ámbito de éstas donde se producen las transformaciones de «antiguas verdadades»
en «nuevas verdades» con independencia de cómo se interprete dicha
transformación:
·
como «falsación de teoría
concreta»: Popper.
·
como una «ruptura
epistemológica», Gaston Bachelard.
·
como una revolución o
«cambio de paradigma», Kuhn.
·
como evolución de «programas
de investigación», Lakatos.
·
como simple «anarquía de los
métodos», Feyerabend.
·
como esbozo de posibilidades
para la intelección posibilitante de lo real, Zubiri.
·
como «symploké», Gustavo
Bueno.
·
como genialidad deductiva de
un investigador.
·
como casualidad heurística
de hecho.
Cada
uno de estos puntos de vista requiere su reflexión y nos muestra que el proceso
no es tan simple como suele mostrarse en la historia de una «ciencia
consolidada» como sucesión de teorías: una racionalización lógica y sucesiva de
teorías que se sustituyen unas a otras de un modo lógico-constructivo.
La
cuestión estriba en desplazar la idea de «una teoría que es refutada por hechos
nuevos que se descubren» y considerar la explicación o interpretación de cómo
se mantienen en unidad profunda y continua diversas teorías que comparten una
misma visión conjunta, manteniendo diferencias de escuelas o autores claramente
diferenciados y a veces opuestos en sus explicaciones. Lo que explica la
consistencia de las grandes visiones teóricas señaladas anteriormente con las
distintas escuelas, posturas, movimientos que dentro de la unidad diversifican
las formas de comprensión de la realidad. Es decir cómo se mantienen las
incongruencias e inconsistencias que unas teorías mantienen frente a otras
compartiendo un núcleo fundamental de unión. Núcleo de unión continua que
diversifica los modos y métodos de investigación como heurística negativa, que
señala rutas de investigación que hay que evitar y heurística positiva que
señala los caminos que se debe seguir. La heurística positiva y negativa
suministran una definición primaria e implícita del «marco conceptual» (y por
tanto del lenguaje) en el que se sitúa la problemática común. El reconocimiento
de que la historia de la ciencia es la historia de los paradigmas o de los
programas de investigación científica o de la anarquía de los métodos, en lugar
de ser la historia de las teorías, puede por ello entenderse como una defensa
parcial del punto de vista según el cual la historia de la ciencia es la
historia de los marcos conceptuales o de los lenguajes científicos.
La
ciencia en su conjunto puede ser considerada como un «enorme programa de
investigación» con una regla suprema como señaló Popper: Diseña conjeturas que
tengan más contenido empírico que sus predecesoras.
Historia y progreso del conocimiento científico
Desde
determinado punto de vista la descripción de la historia de la ciencia puede
causar una visión compendiada de la historia en la que una teoría falsa es
sustituida por una «verdadera», que será falsa cuando es sustituida por otra
«verdadera». Tal es lo que ocurre si mantenemos una visión simplista de la
ciencia como «conjunto de teorías cerradas» es decir que se sustentan por sí
mismas en su contenido de verdad y se generan en una sucesión cuyo producto
acabado es «una ciencia consolidada», producto de «Una Razón», si no absoluta,
al menos humana, pero en tanto que verdadera, definitiva.
De
hecho una visión así se produce cuando la tesis más frecuente y tenazmente
repetida es que el método científico es una combinación de deducción e
inducción, de matemática y experiencia. Tal idea se remonta a Galileo (o
incluso más atrás, hasta los más grandes científicos de la Grecia clásica),
calificada como inductivismo cuyo fundamento reside en considerar que los
hechos justifican las teorías en el sentido de hacerlas verdaderas de forma
definitiva y permanente.
Tal
visión ha sido definitivamente superada por la crisis vivida durante el siglo
XX al tener que considerar las teorías como «teorías abiertas».
Teorías
cerradas:
·
Rigurosamente formalizadas,
o formalizables en lenguaje lógico-matemático.
·
Se basan en un determinado
sistema de axiomas y reglas lógicas.
·
No necesitan tener
referencia alguna a presuntas verdades intuitivas ajenas a dicho sistema.
·
Dos teorías diversas entre
sí no pueden tener equivalencias puesto que se basan en sistemas primitivos
lógicos diferentes.
La
crisis de la ciencia del siglo XX por el contrario muestra la necesidad de
teorías abiertas<Popper. No se trata de la idea de «sucesión descriptiva»
sino de «el fundamento del progreso científico» entendido como proceso
histórico. La actual epistemología representa un punto de inflexión importante
en la visión de la historia de la ciencia como:
Evaluación
del progreso objetivo de la ciencia entendido como cambios progresivos y
regresivos de problemáticas para un conjunto estable de teorías científicas que
ofrecen un marco o modelo teórico global.
La
historia de la ciencia deja de ser la historia de las teorías y se constituye
en el planteamiento y consideración de «problemáticas comunes» a diversas
teorías unidas en una continuidad de largo recorrido histórico y cultural.
Dicha unidad encuentra su fundamento en un «marco conceptual común», una unidad
cultural de lenguaje que ofrece una visión determinada acerca de un determinado
ámbito del universo mundo, como interpretación del mismo, sobre la base de unas
mismas reglas lógicas de interpretación de la experiencia. Las series más
importantes de estas teorías científicas vienen caracterizadas por una
«continuidad» en el tiempo; teorías que se relacionan en una unidad global
dentro de en un ámbito suficientemente amplio de investigación del mundo.
Vienen a suponer una cierta unidad conceptual y de visión general. Sobre estas
unidades es sobre lo que se construye el progreso científico, pues es en el
ámbito de éstas donde se producen las transformaciones de «antiguas verdades»
en «nuevas verdades» con independencia de cómo se interprete dicha
transformación:
·
como «falsación de teoría
concreta»: Popper.
·
como una «ruptura
epistemológica», Gaston Bachelard.
·
como una revolución o
«cambio de paradigma», Kuhn.
·
como evolución de «programas
de investigación», Lakatos.
·
como simple «anarquía de los
métodos», Feyerabend.,
·
como esbozo de posibilidades
para la intelección posibilitante de lo real, Zubiri.
·
como «symploké», Gustavo
Bueno.
·
como genialidad deductiva de
un investigador.
·
como casualidad heurística
de hecho.
Cada
uno de estos puntos de vista requiere su reflexión y nos muestra que el proceso
no es tan simple como suele mostrarse en la historia de una «ciencia
consolidada» como sucesión de teorías: una racionalización lógica y sucesiva de
teorías que se sustituyen unas a otras de un modo lógico-constructivo.
La
cuestión estriba en desplazar la idea de «una teoría que es refutada por hechos
nuevos que se descubren» y considerar la explicación o interpretación de cómo
se mantienen en unidad profunda y continua diversas teorías que comparten una
misma visión conjunta, manteniendo diferencias de escuelas o autores claramente
diferenciados y a veces opuestos en sus explicaciones. Lo que explica la
consistencia de las grandes visiones teóricas señaladas anteriormente con las
distintas escuelas, posturas, movimientos que dentro de la unidad diversifican
las formas de comprensión de la realidad. Es decir cómo se mantienen las
incongruencias e inconsistencias que unas teorías mantienen frente a otras
compartiendo un núcleo fundamental de unión. Núcleo de unión continua que
diversifica los modos y métodos de investigación como heurística negativa, que
señala rutas de investigación que hay que evitar y heurística positiva que
señala los caminos que se debe seguir. La heurística positiva y negativa
suministran una definición primaria e implícita del «marco conceptual» (y por
tanto del lenguaje) en el que se sitúa la problemática común. El reconocimiento
de que la historia de la ciencia es la historia de los paradigmas o de los
programas de investigación científica o de la anarquía de los métodos, en lugar
de ser la historia de las teorías, puede por ello entenderse como una defensa
parcial del punto de vista según el cual la historia de la ciencia es la
historia de los marcos conceptuales o de los lenguajes científicos.
La
ciencia en su conjunto puede ser considerada como un «enorme programa de
investigación» con una regla suprema como señaló Popper: Diseña conjeturas que
tengan más contenido empírico que sus predecesoras.
Método Científico
Cada
ciencia, y aun cada investigación concreta, genera su propio método de
investigación. En general, se define como método el proceso mediante el cual
una teoría científica es validada o bien descartada. La forma clásica del
método de la ciencia ha sido la inducción (formalizada por Francis Bacon en la
ciencia moderna) y justificada por el método "resolutivo-compositivo"
de Galileo, interpretado como hipotético-deductivo.
Karl
Popper, tras criticar la idea de que los experimentos verifican las teorías que
los sustentan como justificadas, plantea el problema de la inducción como
argumento lógicamente inválido, proponiendo la idea del progreso de la ciencia
como falsación de teorías.
En
todo caso, cualquiera de los métodos científicos utilizados requiere los
siguientes criterios:
La
reproducibilidad, es decir, la capacidad de repetir un determinado experimento
en cualquier lugar y por cualquier persona. Esto se basa, esencialmente, en la
comunicación de los resultados obtenidos. En la actualidad éstos se publican
generalmente en revistas científicas y revisadas por pares.
La
falsabilidad, es decir, la capacidad de una teoría de ser sometida a
potenciales pruebas que la contradigan. Según este criterio, se distingue el
ámbito de lo que es ciencia de cualquier otro conocimiento que no lo sea: es el
denominado criterio de demarcación de Karl Popper. La corroboración
experimental de una teoría científicamente "probada" —aun la más
fundamental de ellas— se mantiene siempre abierta a escrutinio (ver
falsacionismo).
En
las ciencias empíricas no es posible la verificación; no existe el
"conocimiento perfecto", es decir, "probado". En las
ciencias formales las deducciones lógicas o demostraciones matemáticas generan
pruebas únicamente dentro del marco del sistema definido por ciertos axiomas y
ciertas reglas de inferencia. Según el teorema de Gödel, no existe un sistema
lógico perfecto, que sería consistente, decidible y completo.
Existe
una serie de pasos inherentes al proceso científico que, aunque no suelen
seguirse en el orden aquí presentado, suelen ser respetados para la construcción
y el desarrollo de nuevas teorías. Éstos son:
·
Observación: registrar y
examinar atentamente un fenómeno, generalmente dentro de una muestra
específica, es decir, dentro de un conjunto previamente establecido de casos.
·
Descripción: detallar los
aspectos del fenómeno, proponiendo incluso nuevos términos al respecto.
·
Hipótesis: plantear las
hipótesis que expliquen lo observado en el fenómeno y las relaciones causales o
las correlaciones correspondientes.
·
Experimentación: es el
conjunto de operaciones o actividades destinadas, a través de situaciones
generalmente arbitrarias y controladas, a descubrir, comprobar o demostrar las
hipótesis.
·
Demostración o refutación, a
partir de los resultados de uno o más experimentos realizados, de las hipótesis
propuestas inicialmente.
·
Inducción: extraer el
principio general implícito en los resultados observados.
·
Comparación universal: la
permanente contrastación de hipótesis con la realidad.
La
experimentación no es aplicable a todas las ramas de la ciencia; su exigencia
no es necesaria por lo general en áreas del conocimiento como la vulcanología,
la astronomía, la física teórica, etc. Sin embargo, la repetibilidad de la
observación de los fenómenos naturales es un requisito fundamental de toda
ciencia que establece las condiciones que, de producirse, harían falsa la
teoría o hipótesis investigada (véase falsación).
Por
otra parte, existen ciencias, especialmente en el caso de las ciencias humanas
y sociales, donde los fenómenos no sólo no se pueden repetir controlada y
artificialmente (que es en lo que consiste un experimento), sino que son, por
su esencia, irrepetibles, por ejemplo, la historia.
CONCLUSION
Las
civilizaciones tienen carácter evolutivo y se manifiestan como un proceso de
larga duración en el tiempo. En la actualidad en el mundo existen varias
civilizaciones todas ellas herederas de estos primeros focos civilizadores.
El surgimiento de las primeras civilizaciones en la historia entre los años 3500 y 500 a. de C, sumeria, Egipto, Grecia, Roma, en donde surgen en zonas fluviales, junto a valles fértiles de los ríos. Desarrollan importantes obras de infraestructura como represas y canales de irrigación para aprovechar con mayor eficiencia las aguas en periodo de sequías o grandes inundaciones. La agricultura es así la actividad económica principal aunque rápidamente surgen otras destinadas a satisfacer la demanda de su creciente población: minería, artesanía y comercio. La localización de las actividades económicas permite el desarrollo de ciudades que serán importantes centros políticos, religiosos y económicos.
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