INTRODUCCION.
El comunismo primitivo
es un termino creado por Karl Marx y Friedrich Engels para nombrase lo que
ellos veían como las primeras formas de comunismo. Este término
incluye a las sociedades basadas en el intercambio de cazadores-recolectores,
sociedades que no tenían diferentes estatus sociales o sociedades que
no utilizaban el capital.
Esclavitud, estado social definido por la ley y las costumbres como la
forma involuntaria de servidumbre humana más absoluta. Un esclavo se
caracteriza porque su trabajo o sus servicios se obtienen por la fuerza y su
persona física es considerada como propiedad de su dueño, que dispone de él a
su voluntad.
La esclavitud se
realiza desde épocas prehistóricas, aunque su aceptación total probablemente se
produjo cuando los avances agrícolas hicieron posible sociedades más
organizadas que requerían de esclavos para determinados trabajos. Para
conseguirlos se conquistaban otros pueblos, se sometían y se les obligaba a la
esclavitud, algunos de ellos se vendían a sí mismos o vendían a miembros de su
familia para pagar deudas pendientes; (cosa que en algunos países se sigue
haciendo mediante la prostitución). La esclavitud fue en alguna época también
el castigo para aquellas personas que cometían algún delito.
El
feudalismo como un conjunto de instituciones que crean y rigen obligaciones de
obediencia y servicio –principalmente militar– por parte de un hombre libre,
llamado “vasallo”, hacia un hombre libre llamado “señor”, y obligaciones de
protección y sostenimiento por parte del “señor” respecto del “vasallo”,
dándose el caso de que la obligación de sostenimiento tuviera la mayoría de las
veces como efecto la concesión, por parte del señor al vasallo, de un bien
llamado “feudo”.
La revolución industrial se compuso de dos etapas bien diferenciadas: la
primera se dio entre los años 1750 y 1840, y la segunda, entre 1880 y 1914.
Ambas pueden ser analizadas a través de
cambios puntuales que se gestaron en las sociedades. En principio, existió una transformación demográfica,
con
el traspaso de la población rural a las ciudades y las migraciones
internacionales. Luego tuvo lugar un gran cambio económico, con la
producción en serie y el surgimiento de grandes empresas, lo que contribuyó a afianzar al capitalismo.
El Socialismo es un movimiento, que está muy relacionado con la época de
la Revolución Industrial. Cuando se produjo la Revolución Industrial se inició
un nuevo movimiento económico, político y social, el Capitalismo, que
establecía una división de la sociedad en obreros y propietarios. En ésta
época, hace su aparición una nueva clase social: el proletariado. Esta clase
social, nace gracias a la creación de grandes factorías que necesitan de
trabajadores que controlen la producción de máquinas y que creen una cadena
productora manual. Se concentraban han tornado los nuevos centros febriles, creando ciudades
o barrios completamente instituida por la clase obrera.
El capitalismo es un sistema político, social y económico en el que
grandes empresas y unas pocas personas acaudaladas controlan la propiedad,
incluyendo los activos capitales (terrenos, fábricas, dinero, acciones de la
bolsa, bonos). El capitalismo se diferencia del sistema económico anterior, el feudalismo,
por la compra del trabajo a cambio de un salario, y ya no por la mano de obra
directa que se obtenía por concepto de costumbre, tarea u obligación (cercana a
la esclavitud) en el feudalismo. Se diferencia del socialismo mayormente por la predominancia de la propiedad privada, en contraste
con la propiedad social de los elementos de producción.
En el capitalismo el mecanismo de precios se utiliza como supuesta señal
que asigna recursos entre usos distintos. Las distintas formas del capitalismo
dependen de, entre otros, el grado al cual se utilice el mecanismo de precios,
el grado de competitividad de los mercados y el nivel de participación
gubernamental en la economía.
La globalización abarca aspectos culturales, como música, bailes o
costumbres que se importan de otros países, lo que muchas veces es objeto de crítica pues se pierden las tradiciones locales, regionales o nacionales.
Comprende también la tecnología, la política, los
problemas ambientales, y sobre todo las cuestiones de índole económicas. En
este sentido hay un único mercado mundial, ya que casi
todos los países, salvo las economías de subsistencia (que consumen lo que
producen, sin tener excedentes) venden sus productos internacionalmente, y los
precios son fijados competitivamente por la ley de la oferta y la demanda.
LA EVOLUCION SOCIAL.
COMUNISMO PRIMITIVO.
Comunismo primitivo, comunidad primitiva, o modo de producción primitivo, En la
teoría marxista, una etapa
del desarrollo de las formaciones económico-sociales,
caracterizadas por el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, la propiedad colectiva de
los medios de producción (la
tierra y las herramientas rudimentarias) y la distribución igualitaria de los
productos.
En el
comunismo primitivo los seres humanos estaban organizados en grupos, dedicados
a la caza, pesca y recolección. La actividad productiva humana se basaba en la
cooperación simple.
Como
consecuencia de su modo de vida, el humano primitivo no
concebía la posibilidad de la propiedad privada de la
tierra y de los demás medios de producción.
Marx describió en sus Manuscritos Económico-filosóficos de 1844 como:
"Propiedad privada general" que en el ejemplo de
la comunidad de mujeres era
una especie de propiedad sexual de la comunidad hacia el cuerpo de la mujer,
con el capitalismo esta se transforma en la
"Propiedad privada exclusiva" que en este
caso se denominó matrimonio, sólo algunos instrumentos y bienes les pertenecían
en propiedad personal.
En el
comunismo primitivo la producción estaba directamente definida por las
necesidades colectivas, y entre el acto sustancial de la creación y lo creado no
había ninguna mediación social y, por tanto, ninguna ruptura epistemológica.
Esta forma
de vida corresponde al periodo que los prehistoriadores han denominado Paleolítico, y no fue
sino con el desarrollo de la agricultura y
la ganadería, realizado
durante el Neolítico que
permitió una primera especialización y división social del trabajo, como
describe el historiador Vere Gordon Childe con sus conceptos de Revolución neolítica (en la
que las aldeas campesinas
aún conservaban buena parte del igualitarismo social) y la posterior Revolución urbana (cuando ya aparecen
claramente las clases sociales y
el poder político y religioso).
Al ser una
sociedad basada en el autoconsumo, todas sus
relaciones sociales eran comunitarias, y al no ser una sociedad dividida
en clases sociales no era
necesario ninguna clase de Estado para
su regulación.
La división
del trabajo se hacía de acuerdo a la edad y al sexo, lo cual significa que los
niños y las mujeres realizaban trabajos que su estado físico les permitiera.
La teoría
del matriarcado (hoy
muy puesta en cuestión y matizada por la antropología moderna)
consideraba que en este tipo de sociedad la autoridad del grupo la
representaban las mujeres. Lo mismo ocurría con la práctica de la poliandria (múltiples
compañeros sexuales para cada mujer).
Las
herramientas de trabajo eran muy rudimentarias, pues estaban hechas de piedra,
madera o hueso.
Los tipos de familia que se
identificaron son las siguientes:
1. Consanguínea:
Los grupos conyugales se separan por generaciones. Todos los miembros de una
misma generación pueden copular entre sí, estando prohibido hacerlo con un
miembro de la generación anterior (padres, tíos) o posterior (hijos, sobrinos).
2. Punalúa:
Aparece la prohibición de encuentros sexuales dentro de la misma generación,
primero entre hermanos uterinos y luego se extiende a más grados (primos,
primos segundos, etc.), formándose grupos de hermanas o primas que copulan con
un grupo de hermanos o primos.
3. Sindiásmica:
En el régimen de matrimonio por grupos, o quizás antes, se formaban parejas
conyugales por un tiempo más o menos largo, en la que eran mutuamente «cónyuges
principales» entre varias otras uniones sexuales.
ESCLAVITUD.
La esclavitud, como institución
jurídica, es una situación por la cual una persona (el esclavo) es propiedad de otra (el amo); como modo de producción (en terminología marxista)
es una forma particular de relaciones de producción, característica de un
determinado de nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en la evolución
de la historia económica. Esclavismo es la ideología que sustenta la esclavitud.
La esclavitud se remonta a la Edad
Antigua,
aunque no de forma equivalente en todas las civilizaciones. Parece que su origen
histórico proviene de la práctica de aprovechar como mano de obra a los
cautivos en las guerras, como alternativa a otra posibilidad también usual:
sacrificarlos. Otra forma se había para
llegar a la condición de esclavo era la esclavitud por deudas o apremio individual.
Aristóteles sostuvo que la esclavitud
es un fenómeno natural. Con la transición del esclavismo al feudalismo, a partir de la crisis del siglo III, la mayor parte de la fuerza de
trabajo ya no era esclava. No obstante, la esclavitud no desapareció, y se
mantuvo como una condición social más o menos marginal, según las zonas,
durante toda la Edad Media y toda la Edad
Moderna,
El Día
Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición se celebra el 23 de
agosto,
mientras que el Día
Internacional para la Abolición de la Esclavitud se celebra el 2 de diciembre. Los tratados internacionales
contemporáneos (Convención sobre la Esclavitud, 1926) recogen la
prohibición de la esclavitud, que se considera como un crimen contra la humanidad.
La esclavitud en la Antigüedad.
Los primeros escritos en los que se
tiene constancia de la presencia de esclavos en una gran civilización es en Mesopotamia durante la época sumeria, si bien muy limitada. En
el Antiguo Egipto un número de esclavos
suficiente como para tener cierta importancia social se dio solamente en
algunos periodos, especialmente en el Imperio Nuevo. El origen de los esclavos
provenía de las conquistas y no existía una regulación jurídica sobre los
mismos. También eran recogidos por los traficantes de esclavos los niños
abandonados.
La esclavitud como práctica social y
económica fue usual en la antigüedad greco-romana, y ambas pueden considerarse
las primeras sociedades «esclavistas» al estar sustentada su base económica por
este sistema. El estatus social y el papel de los esclavos
era considerado inferior o inexistente en relación a una persona libre. La
sociedad de la Antigua Grecia tenía fundamentada
filosóficamente la esclavitud que, para Aristóteles era la garantía
indispensable para que los hombres libres pudieran dedicar su tiempo a la
política y buen gobierno de la ciudad.
En la Antigua
Roma la práctica de la esclavitud se regula, en algunas
ocasiones al mínimo detalle, estableciéndose la manumisión como fórmula de liberación
de los esclavos, siempre con causa.
La noción de esclavitud, en la Antigua
Roma, designaba las condiciones sociales más dispares. Un esclavo podía ser,
tanto un criado o sirviente como el ministro de Economía del emperador, el
profesor de griego y latín de los hijos de un legislador romano como un
gladiador. Los esclavos no poseían una habitación donde dormir, simplemente se
acostaban en el suelo en cualquier rincón de la casa. Cada romano de mediana
fortuna poseía, por lo menos, un par de esclavos. Salía de su casa acompañado
generalmente por uno mientras el otro permanecía encerrado en casa. Los esclavos
comían las sobras de la comida de sus amos, lo que, en un pueblo con hambre,
podía significar comer mejor que muchos hombres libres. La línea divisoria
entre los hombres libres y los esclavos era muy importante. Los primeros no
podían, legamente, ser sometidos a tortura, ni quemados vivos ni apaleados. Los
esclavos si, por sus propios amos o por un juez.
Los esclavos no podían casarse ni
ejercer la paternidad. El dueño de los hijos de los
esclavos era el pater de las familias. Los mercaderes de esclavos recogían a
los bebés abandonados que estaban expuestos en los santuarios para convertirlos
en esclavos. Había esclavos que llegaban a ocupar cargos públicos en la
administración de los bienes de sus amos pero también podían ser trabajadores
del campo o artesanos: la mayoría de los artesanos o alfareros en Arezzo.
Edad media.
En Europa durante la Edad Media la esclavitud desaparece
siendo sustituida por la servidumbre. Existe un intenso debate
entre historiadores respecto a la cronología, las causas y las formas
en que se produjo este hecho. Las posturas que sitúan la desaparición del sistema esclavista en fecha más temprana, en
la época de las invasiones bárbaras del siglo V, serían las de los
historiadores marxistas, incluido el propio Karl Marx;
En todo caso los siervos, a diferencia
de los esclavos, eran libres, o más bien semi-libres, y gozaban de una serie de
derechos pero estaban atados por compromisos de trabajo a la tierra y al señor
feudal. En el mundo musulmán y en Bizancio también se mantuvo la
tradición recogiendo las antiguas costumbres romanas.
A finales del siglo XV, la esclavitud en Europa
era muy reducida, aunque ello más por razones de escasez que por desarrollo
moral o filosófico, ya que la misma fue trasladada y sumamente extendida en el
nuevo continente por las potencias europeas.
La esclavitud en el mundo árabe.
Diversas fuentes histográficas cifran
en un periodo superior a un milenio la duración del comercio de esclavos por
los árabes musulmanes, estimándose en más de diez millones las personas
sometidas a esclavitud, y que en algunas zonas marginales del mundo islámico se
mantienen bajo diversas formas de servidumbre.
Los esclavos eran comprados o
capturados en las fronteras del Mundo Islámico y posteriormente importados
hacia los principales centros, donde existían mercados de esclavos desde donde
eran distribuidos. En los
siglos IX y X, los esclavos negros Zanj podrían haber constituido
al menos la mitad de la población en el bajo Irak. Al mismo tiempo, varias
decenas de miles de esclavos en la región eran importados también desde Asia
Central y el Cáucaso.
Zanzíbar fue en un momento dado el
mayor puerto de comercio de esclavos de África Oriental, y bajo los árabes Omaníes en el siglo XIX pasaban por
la ciudad al menos 50.000 esclavos al año. Algunos historiadores han
estimado que entre 11 y 18 millones de esclavos africanos negros cruzaron el Mar Rojo, el Océano
Índico y el Desierto del Sáhara entre el 650 DC hasta el
1900 DC, comparados con entre 9,4 y 12 millones
de africanos que pudieron haber sido llevados hacia América.
América precolombina
El comercio de esclavos africanos negros
Con la llegada y conquista de América, por parte de los
europeos, se trazaron planes de expansión que exigían mano de obra barata. En
un principio se esclavizó a los pueblos indígenas americanos pero la
legislación española se planteó muy pronto la solicitud de dicha práctica
(gracias a los escritos de Bartolomé de las Casas y de la Escuela de Salamanca), e hizo que se importaran personas esclavizadas de África, que además tenían mayor
resistencia física y a las enfermedades, especialmente las tropicales,
comenzando así un comercio a gran escala de esclavos africanos: el comercio
negrero.
Este incremento en el comercio
negrero fue acompañado, en la mayoría de los
casos, por una fuerte ideología racista: los negros eran
considerados seres inferiores, asimilados frecuentemente a animales, sin tan
siquiera poder ser considerados sujetos de derecho y por lo tanto considerados,
jurídicamente, como cosas. Aunque especialmente, el debate estaba inicialmente
en si los individuos de raza negra tienen alma humana, puesto que en caso
afirmativo esta actividad sería considerada ilegal por la Iglesia, lo que llevó
a un fuerte movimiento para afirmar que las personas de raza negra no tienen
alma.
En el caso de los indígenas de América
se había decidido que tienen alma por lo que no se les podía esclavizar. De
hecho era costumbre en muchas plantaciones explotar al esclavo bajo severas
condiciones hasta su muerte, pues salía más barato comprar nuevos esclavos que
mejorar sus condiciones de vida, existiendo asimismo seguros que cubrían los
denominados accidentes. La fuente de esclavos fue África, y la Isla
de Gorea,
colonia francesa, fue el lugar preciso donde se estableció el mercado de
esclavos, también conocido como el lugar sin retorno y donde se separaban
definitivamente las familias desintegradas por la esclavitud.
De forma similar los árabes mantuvieron un importante
tráfico de personas esclavizadas africanas, tanto a través de rutas cruzando el Sahara como a través de la costa
oriental de África, fundamentalmente la Isla
de Zanzíbar. Este comercio se extendió
desde el siglo VII hasta el siglo XX y alcanzó proporciones
similares o superiores al comercio negrero del Atlántico.
El "partido negrero" español.
Los intereses de los traficantes de
esclavos (actividad que pronto quedó fuera de la ley, pero que se mantenía
clandestinamente) y de los propietarios de esclavos de las Antillas españolas fueron defendidos a lo
largo del siglo XIX con gran eficacia por lo que se ha denominado
historiográficamente como partido
negrero, que
en vez de actuar como un partido político lo hacía como un lobby o grupo de presión. Entre ellos destacaron
personalidades tan notables como Antonio López y López (ennoblecido con el título
de marqués de Comillas), Francisco Romero Robledo o los hermanos Cánovas del
Castillo (José Cánovas del Castillo y Antonio Cánovas del Castillo -el líder conservador-),
muchos de ellos "indianos" (es decir,
retornados a la Península tras enriquecerse en América).
La esclavitud en la
actualidad.
A pesar de la entrada en vigor de la Convención sobre la Esclavitud y de estar 'oficialmente
prohibida' en casi todos los países, la esclavitud sigue existiendo en gran
escala, tanto en sus formas tradicionales como en forma de 'nueva esclavitud'.
Según un estudio publicado en el año 2000 podría haber unos 27 millones de
esclavos en todo el mundo. 3 de cada 1000 personas en el mundo son víctimas de
trabajo forzado.
Así mismo en muchos lugares del mundo
siguen existiendo zonas donde hay gran cantidad de personas viviendo en un
régimen de esclavitud similar a los de la antigüedad. Sobre todo en zonas donde
las administraciones prácticamente no existen, no llegan fácilmente o no se
oponen y luchan contra ella debido a la corrupción de los funcionarios que
deben controlarla, como en la Selva Amazónica.
En muchas partes del mundo se dan
casos de esclavitud relacionada con la explotación sexual.
TRATA DE
PERSONAS.
Trata de personas, tráfico de personas o
comercio de personas (en inglés Human
trafficking)
es el comercio ilegal de personas con propósitos de esclavitud reproductiva, explotación sexual, trabajos forzados, tráfico de órganos, o cualquier
forma moderna de esclavitud.
ESCLAVITUD ANIMAL.
El movimiento por los derechos de los animales y posturas filosóficas como
el especismo consideran que la posesión
de animales, en todos o en algunos casos (como su uso para la experimentación con animales) es moralmente
inaceptable, equiparándola con la esclavitud.
FEUDALISMO.
La palabra «feudalismo» es un término erudito y tardío (siglo XVII), que
deriva de la palabra «feudo» (del latín medieval, feodum o feudum) por intermedio del adjetivo
«feudal». Los términos «feudo» y «feudal» son mucho más antiguos. En su forma
latina, la única empleada originalmente en los documentos, «feudo» (fevum) se remonta al siglo X, pero no
se expandió su uso hasta el siglo XI. Por su parte «feudal» (feodalis) data del siglo XI.
El término «feudalismo» también se utiliza
historiográficamente para denominar las formaciones sociales históricas caracterizadas por el modo de producción que el materialismo histórico (la historiografía
marxista) denomina feudal.
El feudalismo se inició en la Antigüedad tardía con la transición del modo de producción esclavista al feudal; a partir de la crisis del siglo III y sobre todo con la
disolución del Imperio romano de Occidente (siglo V) y la formación de
los reinos germánicos y el Imperio carolingio (siglos VIII y IX).
Desde el punto de vista institucionalista, el feudalismo fue el conjunto de instituciones creadas en torno a una
relación muy específica: la que se establecía entre un hombre libre (el vasallo), que recibía la concesión
de un bien (el feudo) por parte de otro hombre libre (el señor), ante el que se
encomendaba en una ceremonia codificada (el homenaje) que representaba el
establecimiento de un contrato sinalagmático (de obligaciones
recíprocas).
Esta serie de obligaciones
recíprocas, militares y legales, establecidas entre la nobleza guerrera; giraba
en torno a tres conceptos clave: señor, vasallo y feudo. Entre señor y vasallo
se establecían las relaciones de vasallaje, esencialmente políticas.
En el feudo, entendido como unidad
socio-económica o de producción, se establecían relaciones de muy distinta
naturaleza, entre el señor y los siervos; que desde la
historiografía marxista se explican como resultado de una coerción extraeconómica por la que
el señor extraía el excedente productivo al campesino. La forma más evidente de renta
feudal era la realización por los siervos de
prestaciones de trabajo (corveas o sernas); con lo que el espacio
físico del feudo se dividía entre la reserva señorial o reserva dominical (donde se concentraba la
producción del excedente) y los mansos (donde se concentraba la
producción imprescindible para la reproducción de la fuerza de trabajo
campesina).
Los siervos se obligaban a distintos tipos de
pago; como una parte de la cosecha o un pago fijo, que podía realizarse en
especie o en moneda (forma poco usual hasta el
final de la Edad Media, dado que en siglos anteriores la circulación monetaria,
y de hecho todo tipo de intercambios, se reducían al mínimo), a los que se
añadían todo tipo de derechos y monopolios señoriales.
Definición marxista
Modo de producción con unas peculiares
formas de relación socioeconómica, situado entre el esclavismo de la Antigüedad
y el capitalismo moderno. Concretamente, se entiende como un conjunto de
relaciones de producción y dependencia entre el campesino y el señor,
propietario de la tierra que aquél usufructúa, en un momento de predominio de
la agricultura como fuente de riqueza.
Un sistema bajo el cual el status
económico y la autoridad estaban asociados con la tenencia de la tierra y en el
que el productor directo (que a su vez era poseedor de algún terreno) tenía la
obligación, basada en la ley o el derecho consuetudinario, de dedicar cierta
parte de su trabajo o de su producción en beneficio de su superior feudal.
El feudalismo se puede entender
también como la ruptura de todas las estructuras de poder antiguo, en un
sistema de fragmentación de la tierra donde el señor es juez, administrador y
militar de la misma. Todos los señores responden al monarca. Los campesinos
ofrecen sus servicios y labran la tierra a cambio de la protección del señor
feudal, y entre los señores se forman las relaciones feudovasalláticas antes
mencionadas.
Uso del termino
“feudalismo”.
El fracaso del proyecto político
centralizador de Carlomagno llevó, en ausencia de ese
contrapeso, a la formación de un sistema político, económico y social que los
historiadores han convenido en llamar feudalismo, aunque en realidad el nombre
nació como un peyorativo para designar el Antiguo Régimen por parte de sus críticos
ilustrados. La Revolución francesa suprimió solemnemente "todos los
derechos feudales" en la noche del 4 de agosto de 1789 y
"definitivamente el régimen feudal", con el decreto del 11 de agosto.
La generalización del término permite
a muchos historiadores aplicarlo a las formaciones sociales de todo el
territorio europeo occidental, pertenecieran o no al Imperio Carolingio. Los
partidarios de un uso restringido, argumentando la necesidad de no confundir
conceptos como feudo, villae, tenure, o señorío lo limitan tanto en espacio
(Francia, Oeste de Alemania y Norte de Italia) como en el tiempo: un
"primer feudalismo" o "feudalismo carolingio" desde el
siglo VIII hasta el año 1000 y un "feudalismo clásico" desde el año
1000 hasta el 1240, a su vez dividido en dos épocas, la primera, hasta el 1160
(la más descentralizada, en que cada señor de castillo podía considerarse
independiente); y la segunda, la propia de la "monarquía feudal").
Habría incluso "feudalismos de importación": la Inglaterra normanda
desde 1066 y los estados latinos de oriente creados durante las Cruzadas(siglos XII y XIII).
Otros prefieren hablar de
"régimen" o "sistema feudal", para diferenciarlo sutilmente
del feudalismo estricto, o de síntesis
feudal, para
marcar el hecho de que sobreviven en ella rasgos de la antigüedad clásica
mezclados con contribuciones germánicas, implicando tanto a instituciones como
a elementos productivos, y significó la especificidad del feudalismo europeo
occidental como formación económico social frente a otras también feudales, con
consecuencias trascendentales en el futuro devenir histórico.
Más dificultades hay para
el uso del término cuando nos alejamos más: Europa Oriental experimenta un
proceso de "feudalización" desde finales de la Edad Media, justo
cuando en muchas zonas de Europa Occidental los campesinos se liberan de las formas
jurídicas de la servidumbre, de modo que suele hablarse del feudalismo polaco o
ruso.
El Antiguo Régimen en Europa, el Islam
medieval o el Imperio bizantino fueron sociedades urbanas y comerciales, y con
un grado de centralización política variable, aunque la explotación del campo
se realizaba con relaciones sociales de producción muy similares al feudalismo
medieval.
Los historiadores que aplican la
metodología del materialismo histórico (Marx definió el modo de producción feudal como el estadio intermedio
entre el esclavista y el capitalista) no dudan en hablar de "economía
feudal" para referirse a ella, aunque también reconocen la necesidad de no
aplicar el término a cualquier formación social preindustrial no esclavista,
puesto que a lo largo de la historia y de la geografía han existido otros modos
de producción también previstos en la modelización marxista, como el modo de producción primitivo de las sociedades poco
evolucionadas, homogéneas y con escasa división social -como las de los mismos
pueblos germánicos previamente a las invasiones- y el modo de producción asiático o despotismo
hidráulico -Egipto faraónico, reinos de la India
o Imperio chino- caracterizado por la tributación de las aldeas campesinas a un
estado muy centralizado.
En lugares aún más lejanos
se ha llegado a utilizar el término feudalismo para describir una época. Es el
caso de Japón y el denominado feudalismo japonés, dadas las innegables similitudes y
paralelismos que la nobleza feudal europea y su mundo tiene con los samuráis y el suyo (véase también shogunato, han y castillo japonés). También se ha llegado a
aplicarlo a la situación histórica de los periodos intermedios de la historia de Egipto, en los que, siguiendo un
ritmo cíclico milenario, decae el poder central y la vida en las ciudades, la
anarquía militar rompe la unidad de las tierras del Nilo, y los templos y
señores locales que alcanzan a controlar un espacio de poder gobiernan en él de
forma independiente sobre los campesinos obligados al trabajo.
Antecedentes.
El sistema feudal europeo tiene sus
antecedentes en el siglo V, al caer el Imperio romano. El colapso del Imperio acaeció
básicamente por su extensión y la incapacidad del emperador para controlar todas sus
provincias, sumado cada vez más numerosas incursiones de pueblos bárbaros que
atacaban y saqueaban las provincias más retiradas del imperio. Esto provocó que
los emperadores necesitaran gente para defender sus grandes terrenos y
contrataran caballeros o nobles (precursores del modelo de señor
feudal), que a
su vez contrataran vasallos, villanos, etc. Se llegó incluso a contratar a
jefes y tropas mercenarias de los mismos pueblos "bárbaros".
A partir del siglo X no queda resto de imperio alguno sobre Europa. La
realeza, sin desaparecer, ha perdido todo el poder real y efectivo, y sólo
conserva una autoridad sobrenatural remarcada por las leyendas que le atribuyen
carácter religioso o de intermediación entre lo divino y lo humano. Así, el rey
no gobierna, sino que su autoridad viene, a los ojos del pueblo, de Dios, y es
materializado e implementado a través de los pactos de vasallaje con los
grandes señores, aunque en realidad son éstos quienes eligen y deponen
dinastías y personas. En el plano micro, los pequeños nobles mantienen
tribunales feudales que en la práctica compartimentalizan el poder estatal en
pequeñas células.
Los siervos
El más numeroso grupo lo forman los campesinos libres, que trabajan la
tierra, generalmente ajena, o pequeñas parcelas propias. Entre éstos sigue
habiendo diferencias, según se sea labrador que dispone de una yunta de bueyes o mero peón. En
algún caso singular, campesinos libres llegan a poseer grandes extensiones que
les permitirán más tarde llegar a la condición de terratenientes y, de ahí, a
nobles, pero serán situaciones excepcionales.
En cualquier caso, lo que les
distingue como estamento, como siervos, es su situación de
dependencia frente a un señor que no han elegido y que
tiene sobre ellos el poder de distribuir la tierra, administrar justicia,
determinar los tributos, exigirles obligaciones militares de custodia y
protección del castillo y los bienes del señor y apropiarse como renta
feudal de una parte sustancial del excedente,
en trabajo, en especie (porcentajes de la cosecha) o dinero.
Crisis del feudalismo.
La crisis del feudalismo es el periodo
de decadencia por el cual pasa el feudalismo, y se caracteriza por el
agotamiento de las tierras de cultivo y la falta de alimentos, lo que por
consecuencia produjo hambruna y una gran cantidad de
muertos. Esto conllevó a la aparición de enfermedades epidémicas, como pestes. Tal es el caso de la
conocida peste
negra,
la cual disminuyó notoriamente el número de población europea.
A partir del siglo XIII, la mejora de
las técnicas agrícolas y el consiguiente incremento del comercio hizo que la burguesía fuera presionando para que
se facilitara la apertura económica de los espacios cerrados de las urbes, se
redujeran los tributos de peaje y se garantizaran formas de
comercio seguro y una centralización de la administración de justicia e
igualdad de las normas en amplios territorios que les permitieran desarrollar
su trabajo, al tiempo que garantías de que los que vulnerasen dichas normas
serían castigados con igual dureza en los distintos territorios.
Las ciudades que abrían las puertas al
comercio y otorgaban una mayor libertad de circulación, veían incrementar la riqueza
y prosperidad de sus habitantes y las del señor, por lo que con reticencias
pero de manera firme se fue diluyendo el modelo. Las alianzas entre señores
eran más comunes, no ya tanto para la guerra, como para permitir el
desarrollo económico de sus respectivos territorios, y el rey fue el elemento
aglutinador de esas alianzas.
El feudalismo alcanzó el punto
culminante de su desarrollo en el siglo XIII; a partir de entonces inició su
decadencia. El suben feudamiento llegó a tal punto que los señores tuvieron
problemas para obtener las prestaciones que debían recibir. Los vasallos
prefirieron realizar pagos en metálico (scutagium,
«tasas por escudo») a cambio de la ayuda militar debida a sus señores; a su vez
éstos tendieron a preferir el dinero, que les permitía contratar tropas
profesionales que en muchas ocasiones estaban mejor entrenadas y eran más
disciplinadas que los vasallos. Además, el resurgimiento de las tácticas de
infantería y la introducción de nuevas armas, como el arco y la pica, hicieron
que la caballería no fuera ya un factor decisivo para la guerra.
La decadencia del feudalismo se aceleró en los
siglos XIV y XV. Durante la guerra de los Cien Años, las caballerías francesa e
inglesa combatieron duramente, pero las batallas se ganaron en gran medida por
los soldados profesionales y en especial por los arqueros de a pie. Los
soldados profesionales combatieron en unidades cuyos jefes habían prestado
juramento de homenaje y fidelidad a un príncipe, pero con contratos no
hereditarios y que normalmente tenían una duración de meses o años. Este
«feudalismo bastardo» estaba a un paso del sistema de mercenarios, que ya había
triunfado en la Italia de los condotieros renacentistas.
LA REVOLUCION INDUSTRIAL.
La Revolución
industrial fue un periodo histórico comprendido
entre la segunda mitad del siglo
XVIII y principios del XIX, en el que Gran
Bretaña en primer lugar, y el resto de Europa continental después, sufren el mayor
conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad, desde el neolítico.
La economía basada en el trabajo
manual fue reemplazada por otra dominada por la industria y la manufactura. La Revolución comenzó con
la mecanización de las industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión del comercio fue favorecida por la
mejora de las rutas de transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril. Las innovaciones
tecnológicas más importantes fueron la máquina de vapor y la denominada Spinning Jenny, una potente máquina
relacionada con la industria textil. Estas nuevas máquinas favorecieron enormes
incrementos en la capacidad de producción. La producción y desarrollo de nuevos
modelos de maquinaria en las dos primeras décadas del siglo XIX facilitó la
manufactura en otras industrias e incrementó también su producción.
Así es que en la Revolución industrial
se aumenta la cantidad de productos y se disminuye el tiempo en el que estos se
realizan, dando paso a la producción en serie, ya que se simplifican tareas
complejas en varias operaciones simples que pueda realizar cualquier obrero sin
necesidad de que sea mano de obra cualificada, y de este modo bajar costos en
producción y elevar la cantidad de unidades producidas bajo el mismo costo
fijo.
Causas.
La
existencia de controles fronterizos más intensos evitaron la propagación de
enfermedades y disminuyó la propagación de epidemias como las ocurridas en
tiempos anteriores. La revolución agrícola británica hizo además más
eficiente la producción de alimentos con una menor aportación del factor
trabajo, alentando a la población que no podía encontrar trabajos agrícolas a
buscar empleos relacionados con la industria y, por ende, originando un
movimiento migratorio desde el campo a las ciudades así como un nuevo
desarrollo en las fábricas. La expansión colonial del siglo XVII acompañada del
desarrollo del comercio internacional, la creación de mercados financieros y la
acumulación de capital son considerados factores influyentes, como también lo
fue la revolución científica del siglo
XVII. Se puede decir que se produjo en Inglaterra por su
desarrollo económico.
La
presencia de un mayor mercado doméstico debería también ser considerada como un catalizador de la Revolución
industrial, explicando particularmente por qué ocurrió en el Reino Unido.
La
invención de la máquina de vapor fue una de las más
importantes innovaciones de la Revolución industrial. Hizo posible
mejoramientos en el trabajo del metal basado en el uso de coque en vez de carbón
vegetal. En el siglo XVIII la industriatextil
aprovechó el poder del agua para el funcionamiento de algunas máquinas. Estas
industrias se convirtieron en el modelo de organización del trabajo humano en
las fábricas.
Además
de la innovación de la maquinaria, la cadena de montaje (fordismo)
contribuyó mucho en la eficiencia de las fábricas.
§ Revolución
agrícola: aumento progresivo de la producción gracias a la inversión de los
propietarios en nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora del
uso de fertilizantes.
§ El
desarrollo del capital comercial: Las máquinas se aplicaron a los transportes y
a la comunicación iniciando una enorme transformación. Ahora las relaciones
entre patronos y trabajadores son únicamente laborales y con el fin de obtener
beneficios.
§ Cambios
demográfico-sociales: la modernización de la agricultura permitió un
crecimiento demográfico debido a la mejora de la alimentación. También hubo
adelantos en la medicina y en la higiene, de ahí que creciera la población.
También hubo una migración del campo a la ciudad porque la ocupación en labores
agrícolas disminuyó mientras crecía la demanda de trabajo en las ciudades.
Esta
primera revolución se caracterizó por un cambio en los instrumentos de trabajo
de tipo artesanal por la máquina de vapor, movida por la
energía del carbón. La
máquina exige individuos más cualificados, produce una reducción en el número
de personas empleadas, arrojando de manera incesante masas de obreros de un
ramo de la producción a otra. Especialmente del campo a la ciudad.
El comercio internacional.
Economía industrial
Sin embargo, y a pesar de todos los
factores anteriores, la Revolución industrial no hubiese podido prosperar sin
el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las mercancías
producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían.
Estos nuevos transportes se hacen
necesarios no sólo en el comercio interior, sino también en el comercio
internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados nacionales e
internacionales. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras el
Tratado de Utrecht (1713) que liberaliza las relaciones comerciales de
Inglaterra, y otros países europeos, con la América española. Se termina con
las compañías privilegiadas y con el proteccionismo económico; y se aboga por
una política imperialista y la eliminación de los privilegios gremiales.
Además, se desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y comunales, para
poner en el mercado nuevas tierras y crear un nuevo concepto de propiedad.
La Revolución industrial generó
también un ensanchamiento de los mercados extranjeros y una nueva división
internacional del trabajo (DIT). Los nuevos mercados
se conquistaron mediante el abaratamiento de los productos hechos con la
máquina, por los nuevos sistemas de transporte y la apertura de vías de
comunicación, así como también, mediante una política expansionista.
El Reino
Unido fue el primero que llevó a cabo toda
una serie de transformaciones que la colocaron a la cabeza de todos los países
del mundo. Los cambios en la agricultura, en la población, en los transportes,
en la tecnología y en las industrias, favorecieron un desarrollo industrial. La
industria textil algodonera fue el sector líder de la industrialización y la
base de la acumulación de capital que abrirá paso, en una segunda fase, a la
siderurgia y al ferrocarril.
A mediados del siglo XVIII, la
industria británica tenía sólidas bases y con una doble expansión: las
industrias de bienes de producción y de bienes de consumo. Incluso se estimuló
el crecimiento de la minería del carbón y de la siderurgia con la construcción del ferrocarril. Así, en Gran Bretaña se
desarrolló de pleno el capitalismo industrial, lo que explica
su supremacía industrial hasta 1870 aproximadamente, como
también financiera y comercial desde mediados de siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial (1914). En el resto de Europa y en otras
regiones como América del Norte o Japón, la industrialización fue
muy posterior y siguió pautas diferentes a la británica.
Unos países tuvieron la industrialización
entre 1850 y 1914: Francia, Alemania y Bélgica. En 1850 apenas existe la fábrica
moderna en Europa continental, sólo en Bélgica hay un proceso de
revolución seguido al del Reino Unido. En la segunda mitad del siglo XIX se fortalece en Turingia y Sajonia la industrialización de Alemania.
Otros países siguieron un modelo de
industrialización diferente y muy tardía: Italia, Imperio austrohúngaro, España o Rusia. La industrialización de
éstos se inició tímidamente en las últimas décadas del siglo XIX, para terminar
mucho después de 1914.
Etapas de la revolución industrial.
La Revolución industrial estuvo
dividida en dos etapas: la primera del año 1750 hasta 1840, y la segunda de
1880 hasta 1914. Todos estos cambios trajeron consigo consecuencias tales como:
1.
Demográficas: Traspaso de la población del
campo a la ciudad (éxodo
rural) — Migraciones internacionales —
Crecimiento sostenido de la población — Grandes diferencias entre los pueblos —
Independencia económica
2.
Económicas: Producción en serie — Desarrollo
del capitalismo — Aparición de las
grandes empresas (Sistema fabril) — Intercambios desiguales
3.
Sociales: Nace el proletariado — Nace la Cuestión social
4.
Ambientales: Deterioro del ambiente y
degradación del paisaje — Explotación irracional de la tierra.
A mediados del siglo XIX, en Inglaterra se realizaron una
serie de transformaciones que hoy conocemos como Revolución industrial dentro
de las cuales las más relevantes fueron:
§ La
aplicación de la ciencia y tecnología permitió el invento de máquinas que
mejoraban los procesos productivos.
§ La
despersonalización de las relaciones de trabajo: se pasa desde el taller
familiar a la fábrica.
§ El uso de
nuevas fuentes energéticas, como el carbón y el vapor.
§ La
revolución en el transporte: ferrocarriles y barco de vapor.
§ El
surgimiento del proletariado urbano.
La industrialización que se originó en
Inglaterra y luego se extendió por toda Europa no sólo tuvo un gran impacto
económico, sino que además generó enormes transformaciones sociales.
Proletariado urbano. Como consecuencia de la revolución
agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia
las ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial. La
ciudad industrial aumentó su población como consecuencia del crecimiento
natural de sus habitantes y por el arribo de este nuevo contingente humano. La
carencia de habitaciones fue el primer problema que sufrió esta población
marginada socialmente; debía vivir en espacios reducidos sin comodidades
mínimas y carentes de higiene. A ello se sumaban jornadas de trabajo, que
llegaban a más de catorce horas diarias, en las que participaban hombres,
mujeres y niños con salarios miserables, y carentes de protección legal frente
a la arbitrariedad de los dueños de las fábricas o centros de producción. Este
conjunto de males que afectaba al proletariado urbano se llamó la Cuestión social, haciendo alusión a las
insuficiencias materiales y espirituales que les afectaban.
Burguesía industrial. Como contraste al proletariado
industrial, se fortaleció el poder económico y social de los grandes
empresarios, afianzando de este modo el sistema económico capitalista,
caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la
regulación de los precios por el mercado, de acuerdo con la oferta y la
demanda.
En este escenario, la burguesía
desplaza definitivamente a la aristocracia terrateniente y su situación de
privilegio social se basó fundamentalmente en la fortuna y no en el origen o la
sangre. Avalados por una doctrina que defendía la libertad económica, los
empresarios obtenían grandes riquezas, no sólo vendiendo y compitiendo, sino
que además pagando bajos salarios por la fuerza de trabajo aportada por los
obreros.
Las propuestas para solucionar el problema social.
Frente a la situación de pobreza y
precariedad de los obreros, surgieron críticas y fórmulas para tratar de darles
solución; por ejemplo, los socialistas utópicos, que aspiraban a crear una sociedad
ideal, justa y libre de todo tipo de problemas sociales (para algunos, el
comunismo). Otra propuesta fue el socialismo científico de Karl Marx, que proponía la
revolución proletaria y la abolición de la propiedad privada (marxismo);
también la Iglesia católica, a través del Papa León
XIII,
dio a conocer la Encíclica Rerum Novarum (1891), primera Encíclica
social de la historia, la cual condenaba los abusos y exigía a los estados la
obligación de proteger a lo más débiles. A continuación, un fragmento de dicha
encíclica.
Si el obrero presta a otros sus fuerzas a su
industria, las presta con el fin de alcanzar lo necesario para vivir y
sustentarse y por todo esto con el trabajo que de su parte pone, adquiere el derecho
verdadero y perfecto, no solo para exigir un salario, sino para hacer de este
el uso que quisiere
Estos elementos fueron decisivos para
el surgimiento de los movimientos reivindicativos de los derechos de los
trabajadores. Durante el siglo XX en medio de los procesos de democratización,
el movimiento obrero lograba que se reconocieran los derechos de los
trabajadores y su integración a la participación social. Otros ejemplos de
tendencias que buscaron soluciones fueron los nacionalismos, así como también los fascismos en los cuales se
consideraban a los obreros y trabajadores como una parte fundamental en el desarrollo
productivo de la nación, por lo que debían ser protegidos por el Estado.
SOCIALISMO.
El socialismo es el control por
parte de la sociedad, organizada como un entero, sobre todos sus elementos
integrantes, tanto los medios de producción como las diferentes fuerzas de
trabajo aplicadas en las mismas.
El socialismo implica, por tanto, una planificación y una organización colectiva y consciente de la vida social y económica. Subsisten sin
embargo criterios encontrados respecto a la necesidad de la centralización de
la administración económica mediante el Estado como única instancia colectiva en el marco de una
sociedad compleja, frente a la
posibilidad de formas diferentes de gestión descentralizada de la colectividad
socialista, tanto por vías autogestionarias como de mercado. Existen también
discrepancias sobre la forma de organización política bajo el socialismo para
lograr o asegurar el acceso democrático a la sociedad socialista a clases sociales o poblaciones, frente a la posibilidad de una situación autocrática por parte de las burocracias administrativas.
Las formas históricas de organización social de tipo
socialista pueden dividirse entre determinadas evoluciones espontáneas de
ciertas civilizaciones de carácter religioso y las construcciones políticas
establecidas por proyectos ideológicos deliberados. De éstas se destacan,
respectivamente, el Imperio Inca y la Unión Soviética.
Socialismo y
movimiento obrero.
En un sistema socialista, al
establecerse la propiedad social (colectiva) de los medios de producción,
desaparece cualquier forma de propiedad privada de los bienes de capital y con
esta el capitalismo como forma de apropiación
del trabajo asalariado, que se supone, partiendo
de la teoría del valor trabajo, una forma de explotación por vía
económica. Debido al apogeo intelectual del marxismo entre los proyectos de
reforma social, el ideario comunista influyó en casi todos los
futuros movimientos socialistas.
Desde entonces los pensadores socialistas
comenzaron a considerar la socialización de la economía como un interés vital
para el proletariado industrial y un resultado
históricamente necesario a la vez corolario de la toma del poder político por
dicha clase. Sintetizado a partir de las ideas y escritos de distintos grupos y
pensadores que buscaban alumbrar un sistema distinto en términos de justicia,
el socialismo recibió un impulso distinto de la teoría marxista que desprende
al socialismo de todo idealismo moral y político, y lo
fundamenta como una necesidad para el desarrollo del presente período
tecnológico, que es lo único que podría hacerlo realizable (no-utópico) según
la doctrina del materialismo histórico.
Dentro de la secuencia histórica de los modos de producción esbozada por Friedrich Engels, el capitalismo es la última sociedad
con clases y el socialismo el primer paso a su extinción: las clases sociales se consideran generadas por
los diferentes e interdependientes orígenes sociales del ingreso, y al proletariado como la primera clase
trabajadora sin vías propias de adquisición privada, capaz por ende de
sobrevivir a una socialización de la producción y finalmente a su propia desaparición
como clase en una fase comunista, dando así por superada la lucha de clases como motor del progreso
histórico.
Socialismo y comunismo.
A diferencia de lo que sucede con el
concepto de "comunismo" (término cuya
utilización se remonta a Platón), en el cual la
contribución a la producción común es libre y no planificada mientras que el
consumo se vive en común, la palabra
"socialismo" (que apareció por primera vez en 1834 bajo los auspicios
de Robert Owen) describe la organización
colectiva de la producción y la distribución en tanto el consumo permanece
siendo particular.
En el siglo XIX en proceso de
proletarización masiva por el ascenso del capitalismo industrial, la idea
socialista evolucionó como concepto e ideología de economía política proponiendo un sistema
social, económico y político basado en la organización consciente (planificada)
de la producción de acuerdo a unos fines preestablecidos de contribución al
bien general: sería el denominado movimiento socialista (en algunos lugares
movimiento para la reforma del trabajo).
Con el surgimiento del "marxismo", los medios
socialistas y los fines comunistas son absorbidos y reformulados dentro de una
sola doctrina que entiende ambos sistemas como dos pasos históricamente necesarios en el desarrollo
de una sociedad escindida por la lucha de clases hacia una etapa comunista
final sin clases.
El movimiento comunista, que ya había
surgido colectivistas de la Revolución francesa como movimientos remanentes
(véase el comunismo de Babeuf y la Conspiración de los Iguales) y había dejado de ser un
activismo social cambiante durante diferentes períodos históricos para
convertirse en activismo político, se transforma en partido e ideología gracias
a la introducción por parte deKarl Marx de las ideas de los
doctrinarios socialistas (por entonces tomadas seriamente), adoptando un sólido
cuerpo doctrinal del que carecía. Mientras que gracias al marxismo las ideas
socialistas y comunistas se desprenden del idealismo y se unifican en un solo
movimiento ideológico llamado Comunismo.
Socialismo como movimiento
político.
Por extensión se define como
socialista a toda doctrina o movimiento que aboga por su implantación.
Frecuentemente coexisten diferentes movimientos políticos que adoptan el título
de Socialismo: desde aquellos con vagas ideas de búsqueda del bien
común e igualdad social, hasta los proyectos reformistas de
construcción progresiva de un Estado socialista en términos marxistas, o
las variantes pre y post-marxistas de socialismo (sean obreristas o
nacionalistas), o al intervencionismo, definiciones de
socialismo o de sus métodos que pueden variar drásticamente según varíen los
interlocutores políticos y que algunas veces se distancian en mayor o menor
medida de su etimología: estatistas, nacionalistas, marxistas, cooperativistas, corporativistas gremiales clásicos, corporativistas de Estado o fascistas, socialistas de renta, socialistas de mercado, mutualistas, socialdemócratas modernos, etc.
El socialismo continúa siendo un
término de fuerte impacto político, que permanece vinculado con el
establecimiento de un orden socioeconómico construido por, para, o en función
de, una clase trabajadora organizada originariamente sin un orden económico
propio, y para el cual debe crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea
mediante revolución o evolución social o mediante reformas institucionales, con
el propósito de construir una sociedad sin clases estratificadas o subordinadas
unas a otras; idea esta última que no era originaria del ideario socialista
sino del comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del
pensamiento socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más
bien a los principios que se persiguen.
Origen
La influencia de
la ilustración y el socialismo utópico.
El estudio del socialismo se inicia a
partir de la Revolución francesa en 1789. En el siglo XVIII y XIX los
principales países de Europa desarrollan el proceso de
sustitución del feudalismo por el capitalismo como sistema económico, y
los estados feudales se unen para formar las modernas Naciones-Estado.
Inglaterra fue la cuna del socialismo
"utópico". Existen dos causas importantes que dan al socialismo
utópico inglés su carácter peculiar: la revolución industrial, con su cortejo de miserias para el
naciente Proletariado, y el desarrollo de una
nueva rama de la ciencia: la economía política, concepto asociado a la búsqueda de
dominio titular de las ciencias políticas.
En Francia tuvo un carácter más
filosófico que en Inglaterra. Su primer representante fue el conde Henri de Saint-Simon. Propuso la Federación de Estados Europeos, como instrumento político
para controlar el comienzo y desarrollo de guerras. Al mismo tiempo Charles Fourier, concibió los falansterios
(comunidades humanas regidas por normas de libre albedrío e ideologías
económicas socializadas).
Los debates
entre los socialistas clásicos
Poco después aparece la teoría
comunista marxista que desde una teoría
crítica del comunismo, desarrolla una propuesta
política: el "socialismo científico". Karl Marx postula en una de
sus obras la diferenciación entre «valor de mercado» y «valor de cambio» de una
mercancía y la definición deplusvalía, siendo éstas sus mayores
contribuciones a la economía política; no obstante, los economistas
modernos no utilizan estos conceptos del mismo modo que lo hacen los seguidores
de la escuela marxista del pensamiento económico, argumentando que la teoría
expuesta por Marx no contempla la interacción total de la ciencia económica y
se ve parcializada por el comunismo.
Entre los socialistas hubo una
temprana división entre marxistas y anarquistas los cuales eran la esencia
más cercana a la ideología marxista. El marxismo como teoría recibió muchas
críticas, algunas de ellas constituirán durante muchas décadas la base
ideológica de la mayoría de partidos socialistas. Más tarde, a raíz de la Revolución rusa y de la interpretación que
le dio Lenin, el leninismo se convertiría en foco de
admiración de los partidos comunistas, agrupados bajo la III Internacional.
La teoría marxista se construye
conjuntamente con el anarquismo. El anarquismo se podría inscribir dentro
de los conceptos tempranos del socialismo, que como ideal busca que las
personas decidan sobre sus vidas libre e independientemente; la abolición del
Estado y de toda autoridad; exaltando al individuo.
La meta del socialismo es construir
una sociedad basada en la igualdad, la equidad económica, la iniciativa
personal, la cooperación moral de un individuo,
eliminando las compensaciones estratificadas por esfuerzo, promoviendo
estructuras políticas y económicas de distribución como por ejemplo el seguro
social.
El socialismo en el siglo XX.
El socialismo alcanzó su apogeo
político a finales del siglo XIX en el bloque comunista de Europa, la Unión Soviética, estados comunistas de Asia y del Caribe.
Durante la segunda mitad del siglo XX
fue de gran importancia para el llamado bloque socialista, que la Unión
Soviética liberara a los países ocupados del Tercer
Reich en el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial, pues estos mismos posteriormente
adoptaron sistemas de gobierno socialistas que hicieron que el campo socialista
alcanzara un amplio dominio.
Indicadores del desempeño de modelos
políticos ajenos al modelo socialista durante el siglo XX son por ejemplo, los
grandes avances en la tecnología, como por ejemplo en los programas espaciales,
así como la gran tecnología militar, principalmente en Estados Unidos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la tensión militar-ideológica entre
el bloque socialista, encabezado por la Unión Soviética, y el capitalista,
encabezado por Estados Unidos, desembocó en un enfrentamiento político que se
conocería como Guerra Fría. Se conoció de ella
extraoficialmente y fue la competencia por la superioridad en todos los
aspectos y lograr así el dominio completo (pero no directo) de la mayor
cantidad de países.
Culminó con la desintegración de la
URSS por sus contradicciones económicas y políticas señaladas como defectos de
los modelos socialistas y fuertes presiones externas, acompañada de una
pronunciada crisis en los demás estados socialistas, principalmente los
europeos, consecuencias propias del establecimiento de modelos socialistas y
comunistas extendidos.
CAPITALISMO.
El capitalismo es un orden social que resulta de la libertad económica en la disposición y usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de
producción.
En el capitalismo, los individuos y las empresas llevan a cabo la producción
y el intercambio de bienes o de servicios en forma libre dentro de la división del trabajo, con el propósito necesario del
beneficio monetario para la obtención de recursos en función de cualquier orden
de fines dentro del marco de una cooperación mediatizada por el mercado. La distribución, la producción y los precios de los bienes y servicios son determinados por el libre
mercado,
la oferta y la demanda entre productores y
consumidores.
El origen etimológico de la palabra capitalismo proviene de la idea de capital y su uso para la propiedad
privada de los medios de producción, sin embargo se relaciona
mayormente al capitalismo como concepto con el intercambio dentro de una economía de mercado que es su condición
necesaria, y a la propiedad burguesa que es su corolario previo como forma más acabada y
coherente de la propiedad privada.
Se denomina sociedad capitalista a
toda aquella sociedad política y jurídica originada en la civilización occidental y basada en una
organización racional del trabajo, el dinero y la utilidad de los recursos de
producción, caracteres propios de aquel sistema económico.
En el orden capitalista, la sociedad
esta formada por clases en vez de estamentos como son propios del feudalismo y otros órdenes pre-modernos. Se distingue de éste y
otras formas sociales por la movilidad social de los individuos, por una estratificación social de tipo económica expresada en un exponencial continuo de nivel de ingresos y por una distribución de la renta que depende casi
enteramente de la funcionalidad de las diferentes posiciones sociales
adquiridas en la estructura de producción.
El nombre de sociedad capitalista se
adopta usualmente debido al hecho de que el capital como relación de producción se convierte dentro de ésta
en un elemento económicamente predominante. La discrepancia sobre las
razones de este predominio divide a las ideologías políticas modernas: el enfoque liberal smithiano se centra en la utilidad que el capital como
relación social provee para la producción en una sociedad comercial con una amplia división del trabajo, entendida como causa y consecuencia
de la mejora de la oferta de consumo y los mayores ingresos por
vía del salario respecto del trabajo autónomo, mientras que el enfoque socialista marxista considera que el capital
como relación social es precedido (y luego retroalimentado) por una
institucionalizada imposibilidad social de sobrevivir sin relacionarse con los
propietarios de un mayor capital físico mediante el intercambio de trabajo
asalariado.
La clase
social conformada por los creadores y/o
propietarios que proveen de capital a la organización económica a cambio de un
interés se la describe como "capitalista", a diferencia de las
funciones empresariales cuyo éxito se traduce en
forma de ganancia y de las gerenciales ejecutadas a cambio de un
salario. Vulgarmente se describe desde el siglo
XVIII como "burguesía" tanto a este conjunto social como al de los
empleadores de trabajo de una moderna sociedad industrial, pero la burguesía se origina en las ciudades
de la sociedad rural medieval y está constituida por
propietarios auto-empleados cuya naturaleza da origen
al capitalismo moderno.
Existen diferentes apreciaciones sobre
la naturaleza del capitalismo según la
perspectiva social e ideológica desde la cual se lo analice.
Propiedad privada e iniciativa empresarial
Quienes invierten, crean o adquieren
capital permanecen como legítimos propietarios (capitalistas) durante el
proceso de producción; la rentabilidad del capital invertido en un libre
mercado de productos y servicios es el eje central de la vida económica. El capital y el trabajo son los elementos de
producción y creación de riqueza.
La titularidad de los medios de producción es privada, entendiéndose
por esto su construcción sobre un régimen de bienes de capital industrial y de tenencia y
uso de la tierra basado en la propiedad privada. Los medios de producción operan principalmente en
función del beneficio y en la que los intereses directivos se racionalizan empresarialmente
en función de la inversión de capital y hacia la consecuente
competencia por los mercados de consumo y trabajo asalariado.
Sobre la propiedad privada, el
capitalismo establece que los recursos invertidos por los prestadores de
capital para la producción económica, deben estar en manos de las empresas y
personas particulares que los adquieran (accionista). De esta forma a los
particulares se les facilita el uso, empleo y control de los recursos que
utilicen en sus labores productivas, de los que, a fines empresariales, podrán
usar como mejor les parezca.
Entre las características generales
del capitalismo se encuentra la motivación basada en el cálculo costo-beneficio dentro de una economía de intercambio
basada en el mercado, el énfasis legislativo en la protección de un tipo
específico de apropiación privada (en el caso del capitalismo particularmente lockeano), o el predominio de las
herramientas de producción en la determinación de las formas socioeconómicas.
Contrato libre, ganancias y movilidad social
El capitalismo se considera un sistema económico en el cual el dominio de la propiedad privada sobre los medios de
producción desempeña un papel fundamental. Es importante comprender lo que se
entiende por propiedad privada en el capitalismo ya que existen múltiples
opiniones, a pesar de que este es uno de los principios básicos del
capitalismo: otorga influencia económica a quienes detentan la propiedad de los
medios de producción (o en este caso el capital), dando lugar a una relación
voluntaria de funciones y de mando entre el empleador y el empleado.
Esto crea a su vez una sociedad de clases móviles en relación con el éxito o
fracaso económico en el mercado de consumo, lo que influye en el resto de la
estructura social según la variable de capital acumulada; por tal razón en el
capitalismo la pertenencia a una clase social es movible y no estática.
Las relaciones económicas de
producción y el origen de la cadena de mando –incluyendo la empresaria por
delegación– se establece desde la titularidad privada y exclusiva de los
propietarios de una empresa en función de la
participación en su creación en tanto primeros propietarios del capital. La
propiedad y el usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el
capital volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación, con
independencia de que la aplicación productiva del capital se genere mediante la
compra del trabajo, esto es, el sueldo, realizado por los asalariados de la
empresa.
Una de las interpretaciones más
difundidas señala que en el capitalismo, como sistema económico, predomina el capital - actividad empresarial,
mental - sobre el trabajo - actividad corporal - como
elemento de producción y creador de riqueza. El control privado de los
bienes de capital sobre otros factores económicos tiene la característica de
hacer posible negociar con las propiedades y sus intereses a través de rentas,
inversiones, etc.
Eso crea el otro distintivo del
capitalismo que es el beneficio o ganancia como prioridad en la acción
económica en función de la acumulación de capital que por vía de la compra del
trabajo puede separarse del trabajo asalariado.
Libre mercado, empresas y competencia.
El capitalismo se basa ideológicamente
en una economía en la cual el mercado predomina, esto usualmente
se da, aunque existen importantes excepciones además de las polémicas sobre qué
debe ser denominado libre mercado o libre empresa. En éste se
llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y
organizaciones que ofrecen productos y las que los demandan.
El mercado, por medio de las leyes de la oferta y la demanda, regula los precios según
los cuales se intercambian las mercancías (bienes y servicios), permite la
asignación de recursos y la distribución de la riqueza entre los individuos.
La libertad de empresa propone que todas las
empresas sean libres de conseguir recursos económicos y transformarlos en una
nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el mercado que éstas dispongan.
A su vez, son libres de escoger el negocio que deseen desarrollar y el momento
para entrar o salir de éste.
La libertad de elección se aplica a
las empresas, los trabajadores y los consumidores, pues la empresa puede
manejar sus recursos como crea conveniente, los trabajadores pueden realizar un
trabajo cualquiera que esté dentro de sus capacidades y los consumidores son
libres de escoger lo que desean consumir, buscando que el producto escogido
cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los límites de su ingreso.
Esto en un contexto teórico capitalista es denominado cálculo económico.
Competencia se refiere a la existencia
de un gran número de empresas o personas que ofrecen y venden un producto
(oferentes) en un mercado determinado. En dicho mercado también existe un gran
número de personas o empresas (demandantes), las cuales, según sus preferencias
y necesidades, compran o demandan esos productos o mercancías. A través de la
competencia se establece una «rivalidad» o antagonismo entre productores. Los
productores buscan acaparar la mayor cantidad de consumidores/compradores para
sí. Para conseguir esto, utilizan estrategias de reducción de precios,
mejoramiento de la calidad, etc.
Crecimiento económico
Teóricos y políticos han enfatizado la
habilidad del capitalismo para promover el crecimiento económico, tal como se mide por el Producto Interno Bruto (PIB), utilización de la
capacidad instalada o calidad de vida. Este argumento fue central, por ejemplo,
en la propuesta de Adam Smith de dejar que el libre
mercado controle los niveles de producción y de precio, y distribuya los
recursos.
Sostienen que el rápido y consistente crecimiento de los
indicadores económicos mundiales desde la revolución industrial se debe al surgimiento del
capitalismo moderno. Mientras que las mediciones no son idénticas, aquellos que
están a favor argumentan que incrementar el PIB (per capita) ha demostrado
empíricamente una mejora en la calidad de vida de las personas, tal como mejor
disponibilidad de alimentos, vivienda, vestimenta, atención médica, reducción
de horas de trabajo, y libertad de trabajo para niños y ancianos.
Gracias a la especialización de la agricultura, se
produce un aumento de la producción existente, y la actividad comercial de
materias primas aumenta. La consecuencia de este hecho, es el incremento de la
circulación de capital, que fue un estímulo a la banca, y por tanto de la
riqueza de la sociedad, aumentando el ahorro y con ello la inversión.
Este fue el origen de la banca actual, la cual tenía dos funciones: prestar el
dinero que custodiaban a cambio de un interés y la emisión de "promesas de
pago al contado al portador" que circulaban como dinero.
Argumentos favorables al capitalismo
también afirman que una economía capitalista brinda más oportunidades a los
individuos de incrementar sus ingresos a través de nuevas profesiones o
negocios que otras formas de economía. Según esta manera de pensar, este potencial
es mucho mayor que en las sociedades feudales o tribales o en las sociedades socialistas.
Organizaciones por interés individual.
Cada uno de los actores del mercado
actúa según su propio interés; por ejemplo, el empleador, quien posee los
recursos y el capital, busca la maximización del beneficio propio por medio de
la acumulación y producción de los recursos; los empleados, quienes venden su
trabajo (el salario) a su empleador; y, por último, los consumidores, quienes
buscan obtener la mayor satisfacción o utilidad adquiriendo lo que quieren y
necesitan en función a la calidad del producto o la cantidad de su precio.
El capitalismo puede organizarse a sí
mismo como un sistema complejo sin necesidad de un mecanismo de planeamiento o
guía externa. A este fenómeno se lo llama laissez
faire. En un proceso de este tipo
la búsqueda de beneficios tiene un rol importante. A partir de las
transacciones entre compradores y vendedores emerge un sistema de precios, y
los precios surgen como una señal de cuáles son las urgencias y necesidades
insatisfechas de las personas.
La promesa de beneficios les da a los
emprendedores el incentivo para usar su conocimiento y recursos para satisfacer
esas necesidades. De tal manera, las actividades de millones de personas, cada
una buscando su propio interés, se coordinan y complementan entre sí.
Liberalismo y rol del Estado
La doctrina política que
históricamente ha encabezado la defensa e implantación de este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del cual se considera sus
padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana y Adam Smith.
El pensamiento liberal clásico
sostiene en economía que la intervención del gobierno debe reducirse a su mínima
expresión. Sólo debe encargarse del ordenamiento jurídico que garantice el
respeto de la propiedad privada, la defensa de las llamadas libertades negativas: los derechos civiles y políticos, el
control de la seguridad interna y externa (justicia y protección), y
eventualmente la implantación de políticas para garantizar el libre el
funcionamiento de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía
perturbaría su funcionamiento. Sus representantes contemporáneos más
prominentes son Ludwig von Mises y Friedrich Hayek por parte de la llamada Escuela austríaca de economía; George Stigler y Milton Friedman por parte de la llamada Escuela de Chicago, existiendo profundas diferencias
entre ambas.
Existen otras tendencias dentro del
pensamiento económico que asignan al Estado funciones diferentes. Por ejemplo
los que adscriben a lo sostenido por John Maynard Keynes, según el cual el Estado puede
intervenir para incrementar la demanda efectiva en época de crisis. También se puede
mencionar a los politólogos que dan al Estado y a otras instituciones un rol
importante en controlar las deficiencias del mercado (una línea de pensamiento
en este sentido es el neoinstitucionalismo).
Origen
Historia del capitalismo.
Tanto los mercaderes como el comercio
existen desde que existe la civilización, pero el capitalismo como sistema
económico, en teoría, no apareció hasta el siglo XVII en Inglaterra
sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre
han tenido una fuerte tendencia a «realizar trueques, cambios e intercambios de
unas cosas por otras». De esta forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad
moderna.
Este impulso natural hacia el comercio
y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron
en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes
travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y
fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la
entrada en Europa de ingentes cantidades de
metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico
resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo
comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en
intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se
hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo
XIX.
Sin embargo, ya antes del inicio de la
industrialización había aparecido una de las figuras más características del
capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos
económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de
una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es
desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de
incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del
empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas o ganancias.
El camino hacia el capitalismo a
partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la
sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que
proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del
capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la
acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la
reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento, lo cual generó
industrialización en las regiones del norte.
Críticas al capitalismo.
Parte de la crítica al capitalismo es
la opinión de que es un sistema caracterizado por la explotación intraeconómica
(a diferencia del esclavismo y el feudalismo) de la fuerza de trabajo del
hombre al constituir el trabajo como una mercancía más. Esta condición sería su
principal contradicción:
Medios de producción privados con
fuerza de trabajo colectiva, de este modo, mientras en el capitalismo se
produce de forma colectiva, el disfrute de las riquezas generadas es privado,
ya que el sector privado "compra" el trabajo de los obreros con el salario. La alternativa histórica
al capitalismo con mayor acogida ha estado representada por el comunismo y el estatismo.
Marxismo
Para el materialismo histórico (el marco teórico del marxismo), el capitalismo es un modo de producción.
Esta construcción intelectual es
originaria del pensamiento de Karl Marx (Manifiesto Comunista, 1848, El
Capital, 1867) y deriva de la síntesis y crítica de tres elementos: la economía clásica inglesa (Adam Smith, David
Ricardo y Thomas Malthus), la filosofía idealista alemana (fundaméntate la dialéctica hegeliana) y el movimiento obrero de la primera mitad del siglo XIX (representado por autores
que Marx calificaba de socialistas utópicos).
Capitalismo e
imperialismo.
Los críticos del capitalismo lo
responsabilizan de generar numerosas desigualdades económicas. Tales
desigualdades eran muy acusadas durante el siglo XIX, sin embargo se
experimentaron notables mejorías en los países industrializados a lo largo del
siglo XX, a pesar de que nunca se haya demostrado con hechos objetivos y,
además, las desigualdades crecieran exponencialmente respecto a los países
colonizados.
Pero los críticos del capitalismo (John A. Hobson, Imperialism, a study, Lenin El
imperialismo, fase superior del capitalismo) señalaron desde finales del siglo
XIX que tales avances se obtuvieron por un lado a costa del colonialismo, que permitió el
desarrollo económico de las metrópolis, y por otro lado gracias al Estado del Bienestar, que suavizó los efectos negativos
del capitalismo e impulsó toda una serie de políticas casi socialistas.
Otras críticas al capitalismo que se
enlazan a décadas anteriores con el mismo matiz antiimperialista (a partir del pensamiento centro-periferia) provienen de los movimientos antiglobalización, que denuncian al modelo económico
capitalista y las empresas transnacionales como el responsable de las
desigualdades entre el Primer
Mundo y el Tercer
Mundo,
teniendo el tercer mundo una economía dependiente del primero.
GLOBALIZACION.
La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste
en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países
del mundo unificando sus mercados,
sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales,
económicas y políticas que les dan un carácter global.
La globalización es a menudo
identificada como un proceso dinámico producido principalmente
por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus
puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en
su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones
internacionales.
Este proceso originado en la Civilización Occidental y que se ha expandido
alrededor del mundo en las últimas décadas de la Edad Contemporánea (segunda mitad del siglo XX) recibe su mayor impulso
con la caída del comunismo y el fin de la Guerra
Fría,
y continúa en el siglo XXI. Se caracteriza en la
economía por la integración de las economías locales a
una economía de mercado mundial donde los modos de
producción y los movimientos de capital se configuran a escala planetaria (Nueva Economía) cobrando mayor importancia el rol de
las empresas
multinacionales y la libre circulación de capitales junto con la implantación
definitiva de la sociedad de consumo.
El ordenamiento jurídico también
siente los efectos de la globalización y se ve en la necesidad de uniformizar y
simplificar procedimientos y regulaciones nacionales e internacionales con el
fin de mejorar las condiciones de competitividad y seguridad jurídica, además de universalizar el
reconocimiento de los derechos fundamentales de ciudadanía.
En la cultura se caracteriza por un
proceso que interrelaciona las sociedades y culturas locales en una cultura
global (aldea global), al respecto existe
divergencia de criterios sobre si se trata de un fenómeno de asimilación occidental o de fusión multicultural.
En lo tecnológico la globalización
depende de los avances en la conectividad humana (transporte y telecomunicaciones) facilitando la libre circulación de personas y la masificación de las TICs y el Internet. En el plano ideológico
los credos y valores colectivistas y tradicionalistas causan desinterés
generalizado y van perdiendo terreno ante el individualismo y el cosmopolitismo de la sociedad abierta.
Mientras tanto en la política los gobiernos van perdiendo atribuciones
ante lo que se ha denominado sociedad
red,
el activismo cada vez más gira en torno a las redes sociales, se ha extendido la transición a la democracia contra los regímenes
despóticos, y en políticas públicas destacan los esfuerzos para la transición al capitalismo en algunas de las antiguas economías dirigidas y la transición del feudalismo al capitalismo en economías
subdesarrolladas de algunos países aunque con distintos grados de éxito.
Geopolíticamente el mundo se debate entre la unipolaridad de la superpotencia estadounidense y el surgimiento de nuevas potencias regionales, y en relaciones
internacionales el multilateralismo y el poder
blando se vuelven los mecanismos más
aceptados por la comunidad internacional.
La valoración positiva o negativa de
este fenómeno, o la inclusión de definiciones o características adicionales
para resaltar la inclusión de algún juicio de valor, pueden variar según la ideología del interlocutor. Esto porque
el fenómeno globalizador ha despertado gran entusiasmo en algunos sectores,
mientras en otros ha despertado un profundo rechazo (antiglobalización), habiendo también posturas
eclécticas y moderadas
Entorno político-económico previo
Aldo Ferrer señala que el actual
proceso de globalización es parte de un proceso mayor iniciado en 1492 con la conquista
y colonización de gran parte del mundo por parte de Europa. Marshall McLuhan sostenía ya en 1961 que los
medios de comunicación electrónicos estaban creando una aldea
global. Rüdiger Safranski destaca que a partir de la
explosión de la bomba atómica en Hiroshima en 1945 nació una comunidad
global unida en el terror a un holocausto mundial.
También se ha asociado el inicio de la
globalización a la invención del chip (12 de septiembre de 1958),
la llegada del hombre a la Luna, que coincide con la primera transmisión
mundial vía satélite (20 de julio de 1969), o la creación de Internet (1 de septiembre de 1969).
Pero en general se ubica el comienzo de la globalización con el fin de la Guerra
Fría,
cuando desaparece la Unión Soviética y el bloque comunista que encabezaba, cuyo experimento fallido
de colectivismo representaba el ocaso de los proyectos de sociedades cerradas y
economías protegidas. Si bien la autodisolución de la Unión Soviética se
produjo el 25 de diciembre de 1991, se ha generalizado simbolizarla con la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.
El proceso de globalización también
hace entrar en crisis al proteccionismo y al Estado de Bienestar había ganado popularidad en
período entreguerras, cuando en las naciones
capitalistas se difunde la noción de que el Estado tiene una doble función
fundamental en el buen funcionamiento de la economía: uno en asegurar la
prosperidad de la población y el otro en evitar los ciclos de crecimiento y
recesión.
se crean así las bases para la
aparición del keynesianismo y el Trato Nuevo. En las siguientes décadas
posteriores a la Segunda Guerra Mundial se vio la emergencia a la
preeminencia de las "corporaciones" o empresas
multinacionales,
que desplazan la importancia de las empresas del capitalismo clásico que tanto Adam Smith como Karl Marx conocieron cuando
formularon sus teorías. Se vio en Alemania un
precedente del éxito de la liberalización que tomarían otros países: el
resurgimiento de su nación en el denominado Milagro alemán.
Sin embargo, una nueva crisis que se
inició a mediados de la década del sesenta (ver estanflación), agudizada por la crisis del petróleo de 1973 provocó una reorganización
radical de la economía, fundada en la intensa promoción de la innovación
tecnológica (TIC), la reforma de las políticas de
desarrollo (ver Consenso de Washington) y tentativas de desmantelar del
Estado de Bienestar, que llegó a ser visto como -en las palabras de Margaret Thatcher - un "estado
niñera", sofocador de las libertades y restringidor de la capacidad de
escoger de los individuos.
Ya desde la década de los 70 y 80 del
siglo XX varios analistas y políticos encontraron necesario o conveniente
efectuar una fuerte critica, sea desde un punto de
vista pragmático o desde un punto de vista liberal a formas socio-político y
económicas anteriores, que ellos consideraban estetizantes y en consecuencia restrictivas
tanto de las libertades individuales como del desarrollo económico y social,
proponiendo nuevas formas a fin de crear un terreno favorable para la
revitalización de las economías.
En el gobierno de Pinochet en Chile (en lo que se
llamó "experimento", ver Milagro de Chile), seguido por el de Thatcher (1979-1990) en Gran
Bretaña) y el de Reagan (1981-1989) en EE. UU., etc., implementaron
parcialmente las políticas económicas de personajes tales como Friedrich Hayek y Milton Friedman respectivamente, lo que de hecho redundó en
la generación de nuevas interrelaciones entre los factores económicos y
mercados de todo el mundo (consumidores, trabajo, recursos naturales, inversiones
financieras, etc.); sin embargo ambos gobiernos fueron en otras áreas
fuertemente intervencionistas.
A partir de entonces otros gobiernos
aplicarían medidas combinando algún nivel de liberalismo económico junto con la tecnocracia estatal, muchas veces para
poder contentar con algún grado de intervencionismo a sectores sociales y grupos de presión que rechazan el
desmantelamiento del Estado de Bienestar. Todo este fenómeno en políticas públicas sería conocido,
especialmente por sus críticos provenientes del socialismo post-Guerra Fría, bajo el
confuso término de "neoliberalismo".
El 9 de noviembre de 1989, se produjo
la caída del Muro de Berlín, abriendo camino a la implosión de la Unión
Soviética en 1991 y la desaparición del bloque comunista. A partir de ese
momento comenzó una nueva etapa histórica: la globalización. Ante los hechos en
julio-septiembre de 1989 el economista político
estadounidense Francis Fukuyama publica un artículo
titulado El fin de la Historia, llegó a decir que «lo que podríamos estar viendo no es sólo el
fin de la Guerra Fría, o de un particular período de post-guerra, sino el fin
de la historia como tal: esto es, el punto final de la evolución histórica de
la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la
forma final de gobierno humano». Posteriormente se retractaría de tal
afirmación.
Durante este periodo destaca el rol de
los organismos internacionales como OMC, OCDE, FMI y BM que en las últimas décadas
han sido retratados como impulsores de la globalización, sin embargo, la
globalización siendo un proceso civil y de mercado más bien tiende a ser vista
como un orden espontáneo independiente de los
organismos políticos, siendo discutido si las acciones de los organismos supra
estatales dificultan en vez de facilitar la globalización. Una organización privada
que anualmente se reúne para dar su respaldo al proceso globalizador es el Foro Económico Mundial.
La globalización en sí misma es un
proceso continuo y dinámico, que desafía las leyes de los países en su forma de
regular el funcionamiento de empresas y el comportamiento económico de los
individuos a nivel internacional que, si bien pueden dar trabajo a la mano de
obra desocupada o ser los contratados, también pueden beneficiarse de
irregularidades y debilidades subsistentes en un determinado país. Es fácil
para estas empresas simplemente trasladar sus centros de producción a lugares
en los cuales se les del máximo de facilidades.
Es también un desafío a los proyectos
de desarrollo de los países, especialmente para aquellos que están en vías de
desarrollo, pues no sólo considera cualquier intervención estatal como anímica
a los intereses de esas empresas (en la medida que tales planes implican
regulaciones y demandan impuestos y otros recursos) sino que además asevera que
la idea misma del desarrollo social como meta y objetivo gubernamental o estatal excluye la libertad
individual y distorsiona tanto la sociedad como el mercado.
Estas fueron las pautas de un primer
momento en esta nueva relación socio-económica. Se puede observar, como
ejemplo, que los altos costos de producción en los países desarrollados, que
confluyendo con una apertura de los países del este oriental, especialmente
China e India, a los mercados de capitales y su inclusión como miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC), resultó en el
traslado masivo de la producción industrial desde Europa y EE. UU. a esos u otros países que
ofrecían condiciones más favorables al incremento de las ganancias de esas
empresas internacionales.
A nivel cultural, el incremento de la intercomunicación física y virtual, han incrementado y facilitado este proceso. La interconexión
física se basa en la masificación del transporte. La interconexión virtual
se basa exclusivamente en la tecnología, por ejemplo, Internet. Esto ha llevado a dos
resultados contradictorios: por un lado la centralización del control
administrativo y político a niveles gubernamentales y corporativos se ha visto
facilitada enormemente.
Por otro, se ha facilitado de manera
igualmente enorme la diseminación de ideas críticas y la comunicación a nivel
de ciudadanos comunes y corrientes, que anteriormente estaban para su
información a merced de los medios establecidos o no podían responder rápida y
efectivamente a decisiones que los afectaban.
Un último punto de interés es el crecimiento
económico a nivel mundial desde la introducción del proceso. Según datos del FMI,
todos los países desarrollados y muchos de los que se encuentran en vías de
desarrollo, han experimentado un crecimiento sostenido de sus economías, lo que
ha y está permitiendo la incorporación de cientos de millones de habitantes a
las economías modernas. Esta es generalmente la justificación más usada en
favor de la globalización.
En la cultura
La globalización en la cultura se
manifiesta en la integración y el contacto de prácticas culturales: marcas,
consumo de medios, valores, iconos, personajes, imaginario colectivo,
costumbres, relaciones, etc. En un sentido restrictivo del concepto de cultura, se entiende sobre todo lo
relacionado con la difusión y consumo de los productos culturales a alcance
mundial, fundamentalmente cine, televisión, literatura y música, en los que el
factor tecnológico multiplica su capacidad de difusión a gran escala.
A esto se suma la existencia de focos
de atracción para un intenso turismo cultural, manifestados en los principales
destinos turísticos y en los grandes eventos expositivos (grandes museos, ferias y convenciones) que aspiran a
hacer accesible una cultura de alcance mundial, en estrecha relación con la
ampliación de las redes de transporte internacionales, especialmente el aéreo.
El mercado mundial para las industria del entretenimiento, de las que el cine
estadounidense ha sido el mayor exponente a lo largo de todo el siglo XX,
depende de dos factores técnicos: medios de comunicación e idioma. La barrera
del idioma sigue dependiendo de la realización de doblajes y traducciones, en
las industrias de contenidos narrativos, creándose mercados sectoriales para
las grandes lenguas multinacionales como el español o el francés, además de la
posición dominante del inglés.
Con la progresiva y rápida
digitalización de todos los soportes de comunicación, se reducen las barreras a
la difusión mundial, reservada durante buena parte de la segunda mitad del
siglo XX a las firmas de radiodifusión, los circuitos de exhibición y los
acontecimientos de cobertura internacional (especialmente los deportivos). La
cultura global es por lo tanto audiovisual, y de masas. Los argumentos universales
narrativos y simbólicos tienden a fundirse en los nuevos iconos audiovisuales,
renovados en su estética (estilo, actores, efectos especiales, ambientación,
etc.)
Argumentos a favor de la
globalización.
Es importante anotar que entre los
partidarios de la globalización están corrientes con visiones encontradas y
radicalmente diferentes en su percepción sobre los beneficios de la
globalización, es el caso del liberalismo libertario y el neoconservadurismo en lo político, o la escuela austríaca y el monetarismo/escuela neoclásica en la doctrina económica.
Ø Los liberales libertarios y otros proponentes
del laissez-faire capitalista dicen que
altos niveles de libertades políticas y económicas, en la forma de democracia y capitalismo, han sido
fines valuables en sí mismo en el mundo desarrollado y han también producido
altos niveles de riqueza material. Ellos ven en la globalización un proceso
benéfico de extensión de la libertad y el capitalismo.
Ø Aquellos
que apoyan el libre comercio proclaman que el
aumento tanto de la prosperidad económica como de oportunidades, especialmente
en los países en desarrollo, incrementara las libertades civiles y llevara a
una alocación de recursos más eficientes. Las teorías económicas de la ventaja comparativa sugieren que el
mercado libre produce tal alocación efectiva de recursos, a mayor beneficio de
todos los países que estén envueltos. En general, esto conduce a reducción de
precios, más empleos, incremento en la producción y de niveles
de vida especialmente
para los que viven en países en desarrollo.
Ø Hay también
los llamados "globalistas" o "mundialistas", que proponen
una "globalización democrática". Ellos creen que la primera etapa de
la globalización, orientada al mercado o a asuntos económicos, debe ser seguida
por una etapa de creación de instituciones políticas globales que representen
las visiones o aspiraciones del "ciudadano mundial". Su diferencia
con otros "globalistas" es que ellos no definen por adelantado una ideología
para orientar esta voluntad, dejándola a la voluntad de esos ciudadanos a
través de un proceso democrático
Ø Proponentes
de la globalización argumentas que el movimiento anti-globalización es
proteccionista y usa evidencia puntual y anecdotal para apoyar sus visiones,
mientras que las fuentes estadísticas proveen apoyo fuerte a la globalización:
Ø A pesar
que algunos lo disputan, la desigualdad del ingreso a nivel mundial
parece estar decreciendo, como el economista Xavier Sala-i-Martin argumento en 2007. Dejando
de lado quien tiene la razón, se puede alegar que más importante es la medida
de pobreza
absoluta: si todos vivieran en la miseria, la desigualdad de
ingresos seria muy baja.
Ø Desde 1981
al 2001, de acuerdo a figuras del Banco Mundial, el número de personas que
viven con un dólar o menos de ingreso al día ha declinado en términos absolutos
de mil quinientos millones de personas a mil cien millones. Al mismo tiempo, la
población del mundo aumentó. Así pues, en términos porcentuales el número de tales
personas declinó en los países en desarrollo de 40% a 20%. de la población. con las mayores disminuciones teniendo
lugar en las economías que han reducido mas las barreras al comercio e
inversión. Sin embargo, algunos críticos advierten que seria conveniente usar
medidas más detalladas de la pobreza.
Ø El
porcentaje de personas que viven en menos de dos dólares de ingreso al día ha
caído mucho en áreas afectadas por la globalización, mientras que las tasas de
pobreza ha permanecido estable en otras áreas. En Asia del Este, incluyendo
China, ese porcentaje ha decaído en un 50.1%, comparado con un incremento del
2.2% en África subsahariana.
Ø La esperanza
de vida se ha casi
doblado en los países en desarrollo desde la Segunda Guerra Mundial y esta empezando a
cortar la distancia entre ella y la de los países desarrollados, donde el mejoramiento
ha sido menor. Incluso en los países del África subsahariana , la región menos
desarrollada, la esperanza de vida ha aumentado de menos de 30 años antes de
esa guerra a alrededor de 50 años antes de la pandemia de sida y otras empezaran a
reducirla nuevamente al presente nivel de alrededor de 47 años. La mortalidad infantil ha decrecido en todas
las regiones del mundo en desarrollo.
Ø La
presencia de la democracia ha incrementado
dramáticamente: desde una posición en la cual habían muy pocas naciones con
sufragio universal en 1900 a estar presente en un 62,5% de todos los países en
el 2000.
Ø Los
derechos de las mujeres (ver Feminismo) ha
avanzado. Incluso en áreas tales como Bangladesh ellas están logrando
acceso a trabajos que proveen estabilidad e independencia económica.
Ø La
proporción de la población mundial que vive en países en los cuales las
provisión de alimentos per cápita es menor que 2.200 calorías o 9,200 kilo
julios por
persona por día disminuyo desde 56% en 1960 a menos de 10% en 1990.
Ø Entre 1950
y 1990. la tasa de alfabetización mundial aumento del 52% al 81%. Las mujeres
han representado mucho de ese crecimiento: la tasa de alfabetización femenina,
como porcentaje de la masculina, aumento de 59% en 1970 a 80% en el 2000.
Ø Hay
tendencias similares en lo que respecta a acceso a electricidad, autos, radios,
teléfonos, etc., al mismo tiempo que una proporción creciente de la población
con acceso a agua potable.
Ø El
porcentaje de menores en la fuerza de trabajo ha caído desde un 24% en 1960 al
10% en el 2000.
Ø Indur M.
Goklany, en su libro 'The
Improving State of the World también encuentra evidencia que esas, y otras, medidas del bienestar
humano están mejorando y que la globalización es parte de la explicación.
También busca responder al argumento que el Impacto ambiental limitaría ese progreso.
Ø Otros
autores, tales como el senador canadiense Douglas Roche,
simplemente ven la globalización como inevitable y argumentan a favor de crear
instituciones tales como una asamblea Parlamentaria de las Naciones Unidas
elegida a fin de supervisar y controlar la acción de cuerpos e instituciones
internacionales no electos.
Ø A pesar
que los críticos de la globalización se quejan que esta implica un predominio
de la cultura occidental (u occidentalización) un informe del año
2005 de la UNESCO muestra que el cambio cultural se está haciendo en ambas
direcciones. En el 2002, China fue el tercer país en exportaciones de bienes
culturales, detrás de Gran Bretaña y EE.
UU. Entre 1994
y el 2002, la proporción de esas exportaciones de tanto Norteamérica como
Europa decayó, mientras las exportaciones de Asia crecieron hasta sobrepasar a
la estadounidense.
Los proponentes de la globalización
critican duramente algunas políticas corrientes en países desarrollados. En
particular, los subsidios a la agricultura y las tarifas proyectivas en esos países.
Por ejemplo, casi la mitad del presupuesto de la Unión
Europea se emplea en subsidios agrícolas, en
su mayoría, a las grandes empresas y granjas industrialisadas que constituyen
un poderoso lobby. Japón , por su parte, concedió a
su sector agrícola 47 mil millones de dólares en el 2005. casi cuatro veces la
cantidad que dio en Ayuda oficial al desarrollo. Los EE. UU. dan 3.900 millones de
dólares cada año a su sector agrícola algodonero, que incluye 25 mil granjeros,
tres veces superior al presupuesto completo de USAID para los 500 millones de
habitantes de África`. Estas políticas agotan los recursos de los
contribuyentes e incrementa el precio a los consumidores en los países desarrollados,
disminuye la competencia y eficiencia, evita las exportaciones de agricultores
más eficientes y otros sectores en los países en desarrollo y socaba las
industrias en los cuales los países desarrollados tienen ventajas comparativas.
Así, las barreras al comercio dificultan el crecimiento económico no solo de
las naciones en desarrollo, lo que tiene un efecto negativo en los niveles de
vida generales.
La globalización
desde un punto de vista critico.
La globalización es un fenómeno
complejo, no debería ser sorpresa por lo tanto que provoque diferentes
reacciones entre diferentes individuos o grupos. Para algunos, como el senador
canadiense, amenaza la estructura misma de la "Nación
estado" y el concepto moderno de
democracia, mientras que para otros, tales como los partidarios del Islamismo político, busca imponer estructuras políticas
no islámicas (es decir, la democracia) sobre países que lo
rechazan.
Para otros, amenaza la identidad nacional, mientras que otros -por ejemplo para
el escritor Mario Vargas Llosa- ven esa identidad como una
construcción impuesta que busca obliterar diferencias individuales y culturas
locales en aras de una unidad artificial. Aún otros ven el proceso como
simplemente una continuación o incluso agudización de procesos explotativos,
resultado directo del neocolonialismo capitalista, mientras para
otros amenaza el fin de esa predominancia. Para algunos, promete una
nueva era de riquezas para todos, para otros, tales como el escritor Eduardo Galeano es la seducción de un
consumismo que arruinará económica y moralmente a la mayoría (comparar también con la
posición de la Iglesia católica ).
Antes de hacer una crítica es
necesario considerar un aspecto fundamental: la diferencia entre lo que los
partidarios del proceso proponen y la manera que esas propuestas han sido o
están siendo implementada. El libre comercio de la globalización no sólo se
refiere al libre movimiento de capitales sino que también al libre movimiento
de bienes y personas.
Por lo tanto los globalistas
consideran inaceptable, como se ha visto, las barreras aduaneras y tratos
preferenciales que los países desarrollados imponen o practican cuando así les
conviene. Las mismas objeciones se aplican a las barreras de todo tipo a la
migración y movimiento de los trabajadores: ¿cómo pueden los recursos ser
distribuidos racionalmente o las sociedades derivar el máximo de beneficio del
sistema cuando se imponen condiciones que son últimamente irracionales en
términos económicos?
CONCLUSION
Karl Marx.
Pensador socialista y activista
revolucionario de origen alemán desde esa época, el pensamiento de Marx
quedaría asentado sobre la dialéctica de Hegel, si bien sustituyó el idealismo
de éste por una concepción materialista, según la cual las fuerzas económicas
constituyen la infraestructura que determina en última instancia los fenómenos
«superestructurales» del orden social, político y cultural.
El
comunismo primitivo nos
menciona que las sociedades basadas en el intercambio de
cazadores-recolectores, sociedades que no tenían diferentes estatus
sociales o sociedades que no utilizaban el capital.
La
esclavitud fue muy difícil por que pasaron nuestros antepasados por la forma
por como eran maltratados
El
feudalismo fue un conjunto de
instituciones que crean y rigen obligaciones de obediencia y servicio
–principalmente militar– por parte de un hombre libre, llamado vasallo, hacia
un hombre libre llamado señor.
Revolución
industrial la primera revolución se definió por un cambio en los instrumentos
de trabajo de tipo artesanal por la máquina de vapor, movida por la
energía del carbón.
Socialista
El socialismo implica una planificación y una organización colectiva y consciente de la vida
social y económica.
Capitalista se considera un sistema económico en el cual el dominio
de la propiedad
privada sobre los
medios de producción desempeña un papel fundamental.
Concepto
de globalización. en sí misma es un proceso continuo y dinámico, que desafía
las leyes de los países en su forma de regular el funcionamiento de empresas y
el comportamiento económico de los individuos a nivel internacional.
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